jueves, 4 de agosto de 2016

Sevilla FC, el principio del comienzo

sevillafc.es
 

Agosto campa a sus anchas. Mes de asueto para muchos, montaña rusa de emociones para unos pocos elegidos. Comienza la cuenta atrás. Las agujas del reloj oscilan lentamente mientras las pulsaciones de los sevillistas se disparan. Empieza lo bueno. Dos nuevas finales se avecinan. Y de nada sirven ya las excusas… Echar la vista atrás y lamentarse de lo que pudo ser, es, a estas alturas, un acto de irresponsabilidad. Acordarse de quienes se apartaron voluntariamente de la causa durante el camino no conduce a ninguna parte. Somos los que somos -al menos hasta el cierre del mercado-. Porque, señores, aquí están, única y exclusivamente, los que han querido estar. Recuérdenlo. Ni uno más ni uno menos. 

Toca coger el petate y caminar todos juntos de nuevo. Como en los últimos tiempos. Equipo y afición. La primera parada oficial será el próximo martes, 9 de agosto, en Trondheim, ciudad fundada por el rey vikingo Olaf Tryggvason a finales del siglo X. ¿Se les ocurre mejor enclave para vengar la derrota de Cardiff? En juego, volver a reinar en Europa. Sí, una vez más. Y sin apenas respiro, cinco días después, una doble batalla que dirimirá al campeón de España. Nada más y nada menos tiene por delante el Sevilla FC en las próximas tres semanas. Y, en el horizonte, el comienzo del campeonato Nacional de Liga el 20 de agosto y el sorteo de la Fase de Grupos de la Champions League, el 25 del mismo mes. 


Y es que acostumbrarse al éxito es fácil. Hasta excitante. Hacerlo a su doble filo, mucho menos. Quien luce se coloca en el escaparate de las más pudientes villas europeas. Y eso desemboca en ocasiones en partidas dolorosas para quienes sienten en blanco y rojo desde las entrañas (capítulo aparte merece la de nuestro capitán, corazón del equipo durante cinco temporadas, Coke Andújar). Pero el éxito del Sevilla FC está cimentado desde la regeneración. Contar con más parné nunca aseguró un rendimiento deportivo óptimo, e invertir más en fichajes o retener a los mejores espadas tampoco fue sinónimo de victoria otras veces. Recuérdenlo siempre: el mejor activo siempre fue el sevillismo. Con diferencia. Ese que se reproduce de generación en generación; ese que se hace fuerte en la tormenta y se mantiene en pie cuando escampa. Sí, ese que se ha acostumbrado en la última década a acaparar todos los focos cuando llega agosto.

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