domingo, 9 de diciembre de 2018

Que no tengamos que perderla...

sevillafc.es

Ando últimamente con la reconfortante sensación de que a este Sevilla FC de Pablo Machín cuesta dios y ayuda tumbarlo. Que si el guion de Mestalla hubiese sido el opuesto -haber llegado al minuto noventa perdiendo por uno a cero-, también les hubiésemos empatado. En el peor de los casos. Pero ando también receloso, porque el exceso de confianza a veces puede llevar a lugares arrasados por la codicia; a rincones donde el olvido es capaz de engullir con extrema virulencia a los más apuestos caballeros. Tengo la convicción absoluta de que este Sevilla FC es ya un equipo con mayúsculas, en su sentido más amplio, desde el primero de los futbolistas hasta el último de los integrantes del cuerpo técnico, pero reconozco abiertamente que me aterra la idea de que nos arrebaten los jueves de primavera a las primeras de cambio. Sin estar preparados. 

Más cuando, si eso ocurre, será por demérito nuestro, por sestear sin escrúpulos lejos de Nervión bajo el manto de nuestra presunta superioridad en las recientes visitas al Viejo Continente. Así de sencillo; así de doloroso. Por suerte, nos queda un último intento para enmendar un error que sería mayúsculo. Cualquier pretexto, hasta el escaso número de guerreros en liza de los que disponemos, sería injustificable. Haber probado las mieles de las élites europeas nunca debería ser razón ni excusa para olvidarnos de lo nuestro. De nuestro gran amor. De la Europa League. Nos apartamos de ella durante un breve espacio de tiempo para dar rienda suelta a nuestra ambición, pero volver a ella, a por ella, nunca debería ser un paso atrás, sino la prolongación de una historia a la que le quedan muchas páginas por escribir. Y la del jueves debe tener final feliz. Sí o sí. Por ella. Por nosotros. 

Tengo pánico de ser apartados del camino de forma despiadada. Inesperada. Es tanto el deseo de llegar lejos con ella, que la incertidumbre se hace insoportable. Nunca debimos llegar a esta situación, pero ya nada se puede hacer. Sólo queda mirar hacia adelante y afrontar el partido del jueves como si del último trago se tratara. Se presenta ante ti, ante mí, ante nosotros, un nuevo llamamiento para demostrarle a Europa que las heridas de nuestro cuerpo están grabadas con el fuego del infierno. Que en el Sánchez-Pizjuán se anima aunque vayamos perdiendo. Porque por más que el Sevilla FC sea un equipo fiable y sólido, es en estas noches cuando se requiere de los Guardianes de Nervión. Porque sin ellos, Sevilla FC, no serías nada. Porque no hay equipo grande sin hinchada a la altura. Cerrad los puños y alentad a los de 'colorao' para que el frío ruso no nos congele el corazón. Que no tengamos que perderla para darle el valor que tiene...

Carlos Sánchez 
Twitter: @cmsanchezt