miércoles, 14 de marzo de 2018

Aquí no se para

sevillafc.es


Tenía que ser en Old Trafford. En el lugar donde los sueños se cumplen. Ni en Estambul, ni en Moscú ni en Leicester. Tenía que ser en Old Trafforfd. Abrid los ojos, sevillistas. Sin miedo a despertar. El sueño se ha consumado. Se ha hecho realidad. El Sevilla FC está en cuartos de final de la Champions League sesenta años después. Era cuestión de persistir. De insistir. Tarde o temprano, Sevilla, uno de los lugares más maravillosos del planeta, tenía que estar entre las ocho ciudades más importantes del panorama futbolístico. Anoche se hizo justicia. Por méritos propios. El mayor orgullo del sevillismo es poder gritar a los cuatro vientos que dominó los poco más de ciento ochenta minutos que duró la eliminatoria contra el Manchester United. Tanto en el césped como en las gradas. 

Ahí, precisamente, empezó a imponerse el Sevilla FC. Desde el empuje incesante de una hinchada que allá donde va planta su bandera y silencia templos del fútbol europeo. Esta histórica hazaña es por y para ellos. Honor a todos los desplazados a Manchester. Todas las gargantas acabaron quebradas al final del partido. Una vez más. Nada es fruto de la casualidad. Ante la falta de gol, mayor aliento en la grada. Solo así se compensan los defectos y se potencian las virtudes de un equipo renacido desde que cogió las riendas Montella. No tanto en los resultados, sí en la autoestima de una plantilla que ha asimilado por fin el valor del escudo que porta en el pecho. Estos futbolistas han escrito una de las páginas más brillantes de la historia del Club. Honor también a ellos.  

El nombre del Sevilla FC quedará grabado por siempre en Old Trafford; el paso de su hinchada, también. Una proeza que a buen seguro hará olvidar las decepciones de ediciones anteriores. Y la mayor grandeza del sevillismo es que lo que está por llegar no se tomará como un regalo, sino como un nuevo reto. Seguirá habiendo mucho que perder en cuartos, aunque el objetivo principal esté más que logrado. En una temporada atípica, con altibajos y actuaciones bochornosas, el Sevilla FC ha vuelto a demostrar que darle por muerto es un pecado castigado con la más absoluta oscuridad. Superar la ronda de cuartos será el siguiente objetivo. Este año o cuando sea que regrese a la máxima competición continental. Este Sevilla FC, al contrario de lo que digan, no tiene techo. Sí por presupuesto, nunca por ambición. Un intangible capaz de superar la realidad. El sevillismo siempre quiere más. Es la bendita condena de este Club. Porque Sevilla FC, escucha, esta es tu grada, y aquí no se para. 

Carlos Sánchez
Twitter: @cmsanchezt