lunes, 19 de febrero de 2018

A nada de serlo todo en la Champions

sevillafc.es


'Bienvenidos al infierno de Nervión'
podría postularse como un buen hastag de recibimiento ante la visita de los diablos rojos de Manchester, un club con tanta historia a sus espaldas que impone solo con mencionar su nombre. Enfrente estará el Sevilla FC, el equipo de las mil y una vidas. Resurgió de sus cenizas cuando nadie daba un duro por él. O casi nadie. Ocurrió en Madrid, hace poco más de un mes. Sus fieles esperaban fecha y hora para su sepelio en La Almudena. Solo faltaba la puntilla. Pero, contra todo pronóstico, volvió a hacerlo. Una vez más. Se levantó más fuerte si cabe cuando su corazón languidecía, y en el mejor escenario posible. Ante un rival de enjundia y en un lugar donde ningún equipo nacional había logrado imponerse. A esto se refería José Mourinho en 2007, cuando cruzó los dedos para evitar al Sevilla FC en la Champions League. Desde entonces, todo, salvo Jesús Navas y el gen competitivo adquirido por el Club de Nervión, ha cambiado. 

Solo hay marcado un borrón en la hoja de ruta del Sevilla FC en la última década: la frustrante incapacidad para superar la barrera de los octavos de final de la máxima competición intercontinental. Más cuando su eliminación siempre ha sido a manos de rivales inferiores sobre el papel. Quizá se explique desde un prisma motivacional. Al Sevilla FC le ponen los retos, y en la machada del Metropolitano se halla la respuesta. Cuanto más grande el oponente, mayor el nivel de activación. El reto de derrotar al United se antoja complicado, pero ni mucho menos imposible. Está comprobado que intentar matar de antemano a este equipo es un craso error. Porque, además del ya mencionado carácter ganador que ha adquirido, cuenta con un factor de valor incalculable: el calor de una hinchada que hace de Nervión el mismísimo averno en las grandes citas. Por descontado que el Sánchez-Pizjuán será un hervidero para recibir a los diablos rojos, quienes, aparte de presumir de una vasta sala de trofeos, cuentan con un incuestionable potencial y una gran característica: la capacidad para desactivar las virtudes del rival, santo y seña del manual de estilo de José Mourinho. Pero, por su parte, pocos equipos compiten mejor que el Sevilla FC cuando se trata de rondas eliminatorias, donde saca a relucir su indomable vertiente depredadora.   

Es el momento idóneo de dar el paso definitivo para estar entre los ocho mejores equipos de Europa. Detrás habrá un ejército de guardianes preparados para llevarlo en volandas, y, sobre todo, un buen número de recursos en el césped para vencer al United. Fundamental para alcanzar el tan ansiado objetivo. Montella ha logrado lo más difícil: convencer al vestuario, transmitir su idea y recuperar la confianza de los pilares fundamentales del equipo. Ahora hay luz donde hace tan solo un mes se cernían alargadas sombras. Mérito indiscutible del entrenador, prejuzgado antes de pisar Sevilla por primera vez. La nueva posición de Jesús Navas y Mercado, la reinserción de N'Zonzi y el elevado rendimiento de Franco Vázquez, Correa o Muriel, entre otros, tienen la firma del técnico italiano, quien ha actuado con maña en sus decisiones dejando a un lado la fuerza. El arsenal en ataque del Manchester United es aplastante, pero el Sevilla FC, al nivel actual, y con Sarabia y Banega al mando de las operaciones, puede hacerle frente. Confíen. En Nervión estará la clave. Será fundamental ser contundentes (el déficit actual) para afrontar la vuelta con opciones reales de pasar. Quién iba a pensar echando la vista atrás que este contexto fuera posible. La plantilla debe creérselo, y quien mejor que toda su gente para mostrar el camino al Sevilla FC, cuando, una vez más, está a nada de serlo todo en la Champions. 

Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt

jueves, 1 de febrero de 2018

En (las buenas) manos de Sergio Rico



Ni pretendo convertirme en abogado del diablo ni tengo la más mínima intención de ser defensor de ninguna causa perdida. No es el caso. Más que nada porque creo, sinceramente, que Sergio Rico no necesita mayor defensa que un simple vistazo a su trayectoria en el Sevilla FC. Quien sabe si, por poner un ejemplo de peso, seríamos pentacampeones de Europa si no fuese por aquella parada a bocajarro a Morata en el último segundo del último encuentro de la Fase de Grupos de la Champions de la 2015-16 que nos reenganchó a la Europa League... El error contra el Leganés fue grosero e inexplicable. Pero más inexplicable es cebarse con uno de los nuestros, quien recuerden, les guste o no, va a defender la portería del Sevilla FC de aquí a mayo al menos... ¿Por qué? Porque ahora mismo es el mejor portero de la primera plantilla. Objetivamente. O se cierran filas en este asunto, o nos pegaremos un tiro en el pie si echamos a los leones a un tipo al que, de veras, le duele este escudo. Y el mayor perjudicado será el Sevilla FC. 

Es evidente que Sergio Rico mostró una preocupante falta de contundencia tanto en la acción contra el Getafe como contra el Leganés. Erró. Es indiscutible. Erró de forma aparatosa, más allá de que pueda existir o no falta en alguna o en ambas jugadas. A mi juicio, en ninguna. Pero esta cuestión sí es discutible. Dio la cara más tarde y asumió su fallo. Sin excusas. Sin prebendas. Muy pocos lo hacen, por cierto. Pero es que antes, inmediatamente después de fallar en esa acción, tuvo la valentía de salir a por dos balones divididos sin afectarle aparentemente lo sucedido. Ese es el mejor síntoma que puede mostrar un portero herido (como así me ha comentado el añorado Andrés Palop, con el que he podido departir sobre ambas jugadas). Es quizá la presión de un ambiente enrarecido e irrespirable el que puede afectar al futbolista, e insisto, una vez más, el mayor perjudicado es el Sevilla FC. Y, aun así, ha tenido la fortaleza de salir a defender la portería del Sevilla FC (les podría dar nombres de jugadores que, tras ser pitados o reprobados por su propia afición, no pudieron ni calzarse las botas). ¿De verdad piensan que Sergio Rico lo estará pasando bien? 

Ahora es cuando más hay que estar a su lado, porque se trata de una demarcación estrechamente ligada a la confianza, y de una situación coyuntural y pasajera provocada por quién sabe qué factores o que ni siquiera exista un motivo determinado. Estoy convencido. No por intuición personal, sino porque hay un amplio historial de precedentes de actuaciones soberbias donde ha demostrado su enorme valía. Sergio Rico es un portero muy válido para este Sevilla FC. No pretendo con esto la aprobación de cada uno de ustedes, faltaría más y libres son de expresarse como bien quieran en los próximos partidos en el Ramón Sánchez-Pizjuán (odio encarecidamente los términos buen y mal sevillista), pero reflexionen qué le viene mejor al equipo. Cuando se silba a un jugador, la presión se traspasa al resto de sus compañeros. Personalmente, me produce una enorme tranquilidad saber que un tipo como Mercado, curtido en mil batallas, con un carácter férreo y que sabe de qué va esto, dijera tras el partido contra el Leganés que "aquí ganamos y perdemos todos". Palabra de capitán. Gentileza de excelente compañero. ¿Qué pensara Muriel ahora, verdad? Con el agravante de que la soledad del portero es tan hiriente en ocasiones, que puede tender a la autoflagelación hasta límites insospechados. Con sus aciertos y sus errores -muchos más los primeros, y si no tiren de hemeroteca...-, Sergio Rico es el primer Guardián en el campo. Y con él hay que ir a la guerra, porque de unas cuantas nos ha librado, y si no echen la vista atrás a la eliminatoria contra el Atlético de Madrid. Estamos en buenas manos. Y volverá a ser determinante. Seguro.

Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt