domingo, 14 de agosto de 2016

Los valores como defensa

sevillafc.es

El fatal desenlace de la Supercopa de Europa todavía duele en el resistente corazón de todo sevillista. La imagen de esa última jugada, con córner a favor y gol en contra, se repite a cada segundo en nuestra memoria. Pero, por mucho que pretendamos cambiar el curso de los acontecimientos, ya es imposible volver atrás. De nada sirve seguir lamentándose. Y, mientras el duelo persiste, llega otra final. Sí, otra final. ¿Conocen algún otro equipo que dispute dos finales oficiales este verano? Ya solo esa realidad es motivo de orgullo. La casa del sevillismo, el remozado Ramón Sánchez Pizjuán -obras aún por concluir-, abre las puertas de nuevo, una temporada más, para recibir al Barcelona, campeón de Liga y Copa del Rey, en la ida de la Supercopa de España. En el ambiente aún flota la dolorosa derrota contra el Real Madrid, pero también los daños colaterales en defensa que dejó el encuentro. Entre ellos, un cúmulo de jugadores tocados, como Iborra y Nico Pareja, este último baja definitiva. Además,
Carriço y Kolodziejczak se pierden el partido por la sanción que arrastran de la final de la Copa del Rey.

Pero tal circunstancia nunca debería servir de pretexto si queremos ser grandes. Nuestra mayor y mejor defensa son nuestros valores. Los que nos han traído hasta aquí: escudo, bandera y afición. Más la suma, claro está, del Ramón Sánchez Pizjuán. Nuestro templo. El lugar donde hay que derramar sangre para salir victorioso. Ya son unas cuantas temporadas en las que nuestro feudo se convierte en nuestro mejor escudero. Un muro prácticamente infranqueable que la legión de guardianes de Nervión se encarga de defender a capa y espada. Recuerden aquella consigna en boca de Rakitic, quien hoy será uno de nuestros rivales: "Es nuestro estadio, es nuestra ciudad". Por lo tanto, el sevillismo debe sacudirse esta noche la arena de la playa para volver a ser, una vez más, el jugador número 12 en un encuentro que se antoja de vital importancia para llegar con vida al encuentro de vuelta del próximo miércoles en el Camp Nou. El Barcelona podrá ser muy superior en algunos aspectos relativos al juego, pero carece de algo muy importante: una afición capaz de ganar partidos como la del Sevilla FC. Sí, es así.

Y es que el sevillismo, como bien dijo Monchi recientemente, ya "tiene muchos tiros dados", y ha salido airoso de situaciones adversas en multitud de ocasiones a lo largo y ancho de su centenaria historia. Por eso el Ramón Sánchez Pizjuán debe ser un hervidero hoy. Como siempre. Para darle la dosis necesaria de fuerza a unos futbolistas a los que, probablemente, de antemano, les pueda pesar psicológicamente la derrota del martes. Tenemos que evitar a toda costa que eso suceda. Y la única prescripción fundamentada para remediar ese posible déficit de seguridad es sentir en el cogote el aliento de más de 40.000 gargantas. Con el corazón en un puño. A flor de piel. Estar a muerte desde el minuto uno con los de 'colorao'. Con el recuerdo solo para coger más impulso si cabe. Para contarle a los nuestros que somos el Sevilla FC y que siempre nos levantamos. Recuérdenlo. Nuestra razón de ser son los valores que emanan cada domingo de nuestro estadio: casta y coraje. Y nuestra mejor defensa... Nosotros mismos.   

twitter: @cmsanchezt



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