miércoles, 25 de diciembre de 2019

Salud, amor y Sevilla FC

sevillafc.es

Dicen que estas fechas alimentan los sueños. Mi postura al respecto es escéptica. Nostálgica. También es habitual pensar que lo malo quedará atrás y que lo mejor está por llegar. Quizá nada cambie. O sí. Quién sabe. Nada está escrito. Por más que nos empeñemos en alcanzar venerables propósitos con el nuevo año. Pero el futuro siempre genera menos incertidumbre cuando tienes cerca a los tuyos -sirva esta entradilla para recordar a todos los sevillistas que empujan al Sevilla FC desde el tercer anillo del Ramón Sánchez-Pizjuán-. Es tiempo de hacer balance. De analizar. Pero también de mirar hacia adelante. ¿Adónde queremos ir? Porque el sevillismo siempre quiere más. Es insaciable. Y por esa ambición desmedida -a veces malentendida- regresó Monchi a su casa. Como si de un alumbramiento prematuro se tratara. Ni el más optimista lo esperaba tan pronto de vuelta. El mejor regalo. 

La ilusión se desbordó. Volvimos a respirar tranquilos. Estábamos en buenas manos. Monchi puso orden en el (relativo) caos. Empezó la casa por los cimientos y encendió la mecha de un nuevo Sevilla FC con señas identitarias propias de nuestra idiosincrasia. Un equipo que ha llegado a Navidad siendo el mejor de los mortales. Es un dato objetivo. Sin alardes, pero con una estructura férrea y sólida que aventura un halagüeño porvenir. Al menos, estable. Tanto que se produjo la tan ansiada paz social en la entidad. Qué casualidad, ¿verdad? Monchi, señoras y señores, es mucho más que un Director Deportivo. Mucho más. La pregunta, llegados a este punto, es: ¿está capacitado el Sevilla FC para luchar por esta Liga? Cuesta creer que sí. Existen precedentes recientes donde la realidad puso fin a nuestra imaginación con la entrada del nuevo año, pero, a la vez, es inevitable fantasear con qué sería de este equipo si tuviera un poquito más de gol. 

Recuerden: nada está escrito. Cuanto mayor sea la ambición, más doloroso será el golpe en caso de caer, pero sólo así seremos capaces de crecer. No hay otra manera. Quedan cinco meses por delante para consolidar un nuevo proyecto. Probablemente, este curso servirá para asentar las bases de un Sevilla FC más ambicioso. Hablar de paciencia es perder el tiempo, pero sería prudente contextualizar el proceso en el que nos hallamos. Se ha dado la vuelta casi completa a la plantilla, incluido entrenador (por cierto, que la "cabezonería" de Julen siga reinando). Dejamos atrás un año donde hemos perdido, entre otros, a Don Roberto Alés, figura indispensable para entender lo que somos hoy, y a José Antonio Reyes, embajador eterno del arte y el salero. Bandera de nuestra identidad. Capitán póstumo. Por ellos, por los que no están pero siguen presentes, por quienes os metieron este bendito veneno en las venas... Por todos ellos, brindemos y soñemos despiertos. ¿Y si lo mejor aún está por llegar? Salud, amor y Sevilla FC. 


Carlos Sánchez.
Twitter: @cmsanchezt