lunes, 31 de octubre de 2016

La carestía del gol

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La décima jornada de la competición doméstica ha puesto a cada cual en su lugar. El Sevilla FC es ahora mismo cuarto en la clasificación del Campeonato Nacional de Liga tras cosechar un empate que supo a derrota en Gijón. ¿Y por qué la cuarta plaza es su lugar ahora mismo? Porque, a diferencia de los tres primeros clasificados (Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid), el Sevilla FC, a día de hoy, ha hecho los mismos méritos en muchos aspectos que este trío de equipos, pero, entre otras diferencias sustanciales, aún carece de contundencia goleadora en muchos momentos. Cierto es que tuvo una efectividad asombrosa contra el Alavés y Leganés, por ejemplo, donde prácticamente chutó a portería las mismas veces que marcó, pero, si se quiere estar en la élite se requiere matar los partidos. ¿Cuál es la solución? La respuesta es clara y cristalina: invertir en gol. 

Ahora mismo, Sampaoli solo cuenta, tras la desafortunada lesión de Carlos Fernández, con dos atacantes: Vietto y Ben Yedder. Y ninguno de los dos son delanteros centros puros. Prueba de ello es que ambos se encuentran más a gusto cuando juegan juntos que si lo hacen solos en punta. Necesitan de juego para encontrar situaciones de gol. Pero, eso sí, hablamos de dos delanteros con condiciones de primerísimo nivel. ¿La solución? Entre otras, un tercer delantero. Distinto. Diferente. Que viva por -y para- el gol. Que necesite un palmo para engatillar. Urge una incorporación en el mercado invernal, y, al parecer, esta vez sí confluyen los deseos de dirigentes y aficionados. Ya dijo el Presidente, José Castro, que la dirección deportiva está peinando el mercado en busca de un tercer ariete que complemente a los que hay en la primera plantilla.

Quizá ese sea el deber más importante que le quede al Sevilla FC por pulir y mejorar, porque el sistema defensivo, amén de desconcentraciones puntuales, cada vez es más sólido. Pero el gol no es solo cosa de dos, ni siquiera de tres, sino de todo el equipo, y hombres como Nasri, Mudo Vázquez o Vitolo deben mejorar sus cifras si el Sevilla FC quiere consolidarse entre los grandes. Afrontamos una semana de máxima exigencia que marcará el futuro más cercano para el equipo. Una victoria contra el D. Zagreb, junto a una de la Juve, daría el pase a octavos de final de la Champions League. Ese el primer gran objetivo del club. Y el domingo, el Barcelona en el Sánchez Pizjuán. A este nivel, cuando la gloria se dirime contra los más grandes, el gol pasa de necesario a imperioso. Ahí deben concentrarse los cinco sentidos. Porque perdonar en estos dos partidos se pagaría caro. Esto es la élite. Gol o hastío.



lunes, 24 de octubre de 2016

El soplo de libertad de N'Zonzi

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En mi cabeza aún resuena el grito desesperado de un aficionado sevillista en un encuentro de la temporada pasada al que asistí en el Ramón Sánchez Pizjuán: "¡N'Zonzi!, ¿a qué juegas?". Eran otros tiempos. Por aquel entonces, el centrocampista francés se encontraba en pleno proceso de adaptación y la grada apenas le concedía margen de error. Había llegado desde Inglaterra, donde jugaba como box to box, y, nada más aterrizar en Sevilla, además de factores tan condicionantes como el idioma o el clima, se encontró con dos futbolistas que compartían zona del campo y que contaban con un gran peso específico dentro del equipo. Nada más y nada menos que Krychowiak y Éver Banega. Emery rápidamente vio en el francés algo distinto de lo que ofrecían los dos anteriores y juntos conformaron un triángulo espectacular. Cada uno cumplía su función: Krychowiak era el ancla en el que se sustentaba el equipo, Banega llevaba la batuta y N'Zonzi se dedicaba a compaginar las funciones de los dos anteriores.

Pero este verano todo cambió. Para el sevillismo fue traumática la marcha de Krychowiak y Banega; para N'Zonzi, un soplo de libertad. El galo, desde la marcha del polaco y el argentino, hizo suya toda la parcela que antes se repartían los tres. Sí, cierto es que ahora tiene por delante a Nasri y a 'Mudo Vázquez, malabaristas del balón, pero el francés se las apaña por sí solo, y con plenas garantías, para cumplir con sus labores de cierre en las acciones defensivas y con sacar la pelota con criterio en las transiciones defensa-ataque. Ayer, contra el Atlético de Madrid, probablemente el mejor equipo de Europa en cuanto a organización defensiva se refiere, dio un auténtico recital de cómo abarcar toda la zona ancha. Y, llegados a este punto, permítanme la osadía de señalar que su gol solo hizo desviar la atención hacia los focos mediáticos, porque su aportación ayer y durante transcurso de la presente temporada va mucho más allá de una zancada que recordó sobremanera al que muchos consideran como el mejor jugador de la historia del Sevilla FC, Frédéric Kanouté. 

Estamos ante un jugador gigante en todos los aspectos, al que, por cierto, urge ampliar su cláusula con celeridad -actualmente 30 millones de euros-. Porque N'Zonzi es más que el partido de ayer. Y mucho más que el gol de ayer. Un futbolista solidario, siempre al servicio de sus compañeros, tanto en defensa como en ataque. Prueba de ello es que suele acabar los partidos con más de un 90% en porcentaje de pases acertados. Quizá se le etiquete por su físico espigado y desgarbado, a priori incompatible con tener un buen trato de balón, pero N'Zonzi cumple a la perfección con esa variante del juego, al igual que con la de generar fútbol con su gran visión de juego. El nuevo Sevilla FC de Sampaoli se ha reforzado ampliamente en la zona ancha para llevar a cabo la idea del técnico argentino de presión constante y buen trato de balón. Ambas cuestiones personalizadas a la perfección en la figura de N'Zonzi, quien, probablemente, a día de hoy, sea el jugador franquicia de este nuevo Sevilla FC. Un dato: en Bilbao, en la única derrota hasta el momento en la Liga, fue reservado para darle descanso; en Madrid, en la Final de la Copa del Rey, faltó por sanción. ¿Casualidad?
 

jueves, 20 de octubre de 2016

Sevilla FC, ¿aspirante o candidato?

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Créanme que la última de las intenciones de estas líneas es generar falsas expectativas o utópicas esperanzas que desvirtúen el objetivo real del Sevilla FC (lograr el billete para Europa una temporada más), pero cierto es que, mientras desde los sectores más puristas del sevillismo se fustiga automáticamente cualquiera que sea el planteamiento de Sampaoli en cada partido, indiferentemente de si acaba en derrota o en victoria, el equipo suma y sigue con paso firme, tanto en la Liga como en la Champions League, donde, a falta de tres jornadas para la conclusión de la Fase de Grupos, se encuentra en una posición privilegiada para acceder a los octavos de final de la máxima competición continental. Tal circunstancia encumbra al Sevilla FC, por méritos propios, a la categoría de aspirante. Pero... ¿Aspirante a qué? 

Aspirante a volver a ser un agitador. Tanto en España como en Europa. Tanto en el Ramón Sánchez Pizjuán, donde partido a partido está firmando unos guarismos al alcance únicamente de los más poderosos contendientes del continente, como lejos de él, donde en tan solo una semana ha ahuyentado los fantasmas que le tenían sumido en una profunda depresión de resultados en el último año y medio, gracias a sendas victorias en Leganés y Zagreb. El Sevilla FC se encuentra inmerso en un proceso arduo de transformación de una idea, pero, paradójicamente, en el camino ha encontrado la fe. O mejor dicho la ha fortalecido. Y los resultados, a pesar del complicado peregrinaje, han llegado hasta el momento. No existe un aspirante sin el respaldo de los fríos números ni candidato que haya saltado desde la tercera línea hasta la palestra sin antes haberse curtido en farragosas batallas. Ahora llega una gran prueba de fuego para saber si el Sevilla FC es aspirante... o candidato a estar de nuevo entre los más grandes. Los grandes títulos, eso sí, requieren de tiempo y de muchos más factores. Son palabras mayores.

Este domingo, con los guardianes de Nervión como testigos directos, se dirime el estatus esta temporada de un equipo que, veladamente, tiene por objetivo arrimarse al hombro de los poderosos a corto-medio plazo. En frente, el Atlético de Madrid, el mejor ejemplo de que en el fútbol, como en la vida, se puede lograr cualquier meta con esfuerzo. Y fe. Fe en el trabajo diario. En el esfuerzo. Para Simeone, quien defendió esta camiseta con su particular convicción, el esfuerzo es innegociable; para Sampaoli, lo inmutable es que su equipo sea el protagonista de una bella historia. Hacer prisionero al rival con el balón es la filosofía de este Sevilla FC, que tiene ante sí la posibilidad de dar un golpe en la mesa ante los suyos y ante los ojos del merecido líder de la Liga hasta la fecha. De aspirante a candidato hay un trecho, pero de aspirante a defenestrado hay una delgada línea. Ahí se halla este Sevilla FC... en el momento clave para determinar su sino esta temporada. El domingo veremos si el Sevilla FC está preparado, o si, por el contrario, todavía es tan solo un aspirante a candidato para soñar con títulos reservados a los elegidos en un futuro cercano.  

miércoles, 12 de octubre de 2016

Tebas, por la mañana sale el sol

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Por un momento llegué a pensar que otro fútbol era posible.
Que regresar a los tiempos en que los aficionados eran parte activa del deporte rey en España era viable. Por un momento llegué a pensar que otro fútbol era posible. Que imperaría la cordura y se aplicarían medidas para devolver a los espectadores el lugar y la relevancia que les corresponde. Vaya por delante que Javier Tebas, Presidente de la Liga de Fútbol Profesional, ha acometido reformas, a nivel estructural, que han beneficiado a los clubes. A los clubes, recalco, no a sus aficionados. Dijo hace unos días Pepe Castro, Presidente del Sevilla FC, que Tebas
"ha hecho cosas muy importantes para el fútbol español, como luchar contra los amaños, el control económico y conseguir el decreto de los derechos televisivos". Y es verdad. Son hechos objetivos. Al César lo que es del César. En este sentido, hay un ejemplo que afecta directamente al Sevilla FC, y que, todo hay que decirlo, le benefició en su momento. Sin el control económico que estableció el máximo mandatario de la Liga, el Sevilla FC no hubiese disputado la edición 2013-14 de la Europa League, que a la postre ganó. El equipo quedó noveno en la Liga 2012-13, y si jugó en Europa fue porque tanto Málaga como Rayo Vallecano no cumplieron con dicha regulación. 

Pero, más allá de la fachada, el corazón del fútbol se ha degradado de forma alarmante en la primera etapa de Javier Tebas al frente de la LFP. Vivimos inmersos en un turbio sueño de joyas y diamantes donde la mayoría de los clubes han caído rendidos al olor del dinero fácil, hasta convertirse en esclavos de la Liga. Ya nada puede hacer un club cuando le ponen un partido a las 16:15 horas a 35 grados o cuando le fuerzan a jugar a las 13:00 horas de un sábado para que el partido, supuestamente, sea de máxima audiencia en China, porque hay mucha plata detrás. Y, para colmo, hay que enfrentarse con los altos estamentos cuando te exigen ubicar a tus aficionados en Fondo, en un partido de Segunda División, con el sol de cara a altas temperaturas, y quedando la grada de Tribuna completamente vacía, para que las cámaras de televisión reflejen una sensación de lleno. Señor Tebas, me sonroja tener que decirle esto, pero no sé si sabrá usted que en Sevilla sale el sol por la mañana. Sí, por la mañana sale el sol. Y con mucha fuerza. A veces se torna insufrible. Más si cabe en verano, durante todo el día. ¿Es consciente, verdad?  

La LFP, con usted a la cabeza, nos ha dejado claro que el problema es nuestro. De los aficionados. De los que vamos al Ramón Sánchez Pizjuán y al resto de campos a animar a nuestro equipo. Tanto que 'formar la gozadera' en un estadio está considerado delito. Bien recordarán aquella pancarta en Gol Norte en el derbi de Copa del Rey de la temporada pasada que supuso una propuesta de sanción económica al club por parte de Antiviolencia amparada por la LFP en un primer momento. Inaceptable. Cierto es que el Sevilla FC recurrió aquella sentencia. Pero ahí se quedó todo. La pelota, en el fondo, está en nuestro tejado. La LFP empuja al aficionado con sus medidas a no acudir a los estadios, a ver los partidos desde casa, en el sofá, tranquilamente, cervecita o refresco en mano, como prefieran, para así mejorar las cuotas de audiencia y evitar cualquier conflicto, que, casualmente, siempre tiene a la hinchada sevillista como protagonista. Esta es nuestra Liga. La que hemos tenido durante tres años y la que tendremos otros cuatro más si es que Tebas no decide montar otra pantomima, dimisión mediante, para presentarse otra vez y apoltronarse como hace su archienemigo José María Villar. Algún día los que mandan se darán cuenta de que el fútbol existe por y para los aficionados. Y se lo digo al señor Tebas, pero también insto al presidente de mi club, Pepe Castro, a luchar por los suyos y solo por ellos, los guardianes de Nervión. 

lunes, 10 de octubre de 2016

Leganés, preludio del 'Nunca se rinde'

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Javier Labandón, conocido como El Arrebato, comenzó la segunda estrofa del Himno del Centenario del Sevilla con la frase que, probablemente, más ha interiorizado el sevillismo desde la primera vez que sonó en el Ramón Sánchez Pizjuán: "Dicen que nunca se rinde". Esta afirmación, que actualmente luce inamovible en Gol Norte, bien puede resumir el devenir del Sevilla FC a lo largo y ancho de su historia. Y quizá, entre los capítulos que pudieron inspirar a El Arrebato para aquella obra maestra, esté el que sucedió el 30 de septiembre de 2000 en Leganés.  

Aquella gélida tarde (nada que ver con las suaves temperaturas que hemos vivido este año por esas fechas) pudo gestarse el actual Sevilla. Sí, como lo escuchan. Algo cambió en aquel encuentro. Mejor dicho, en aquel descuento. Os lo aseguro. Estuve presente en Butarque. El Sevilla había arrancado con muy buen pie su andadura en Segunda División a pesar de las dudas que despertaba el nuevo proyecto tras haber descendido. Roberto Alés se hizo con la presidencia del club; Monchi cogió las riendas de la dirección deportiva y Caparrós fue el elegido para reflotar a un equipo que llevaba años a la deriva. 

Con una plantilla confeccionada prácticamente a coste cero, el Sevilla FC logró sumar cuatro victorias consecutivas en las primeras cuatro jornadas. Pero, a pesar de lo que dicta la lógica de los resultados, no fue hasta esa quinta fecha en Leganés cuando todos, absolutamente todos, equipo y afición, fueron conscientes de que ese equipo estaba hecho de otra pasta. Recuerdo como si fuera ayer que fue un mal partido de los nuestros. Muy mal partido. Apenas tres toques seguidos y escasísimas ocasiones de gol. Si la memoria no me falla, diría que ninguna hasta aquel mágico minuto 94 que cambió todo. 

Una jugada aislada, un balón suelto que recogió Marcelo Otero (integrante de aquel 'Sevilla de los uruguayos', junto a Tabaré, Podestá, Nico Olivera o Zalayeta), lo remachó a la red para delirio de todos los que allí nos dimos cita para animar y dejarnos la garganta por los de 'colorao'. Mención aparte merece la reacción de los protagonistas. A día de hoy podría asegurar que pocas veces he visto a un equipo y a un cuerpo técnico celebrar un gol como aquel empate. Como si de una final se tratara. Recuerdo a los suplentes adentrándose en el terreno de juego para abrazar a los que estaban en el césped y festejar el tanto.

Ahora, con perspectiva, quizá no seamos capaces de darle la importancia real que tuvo aquel partido. Quizá nos suene disparatado o excesivo, pero, señores, les aseguro que aquel equipo se dio cuenta, en ese minuto 94, que para vencerles habría que derramar sangre; que para tumbarles habría que doblegarles y después enterrarles. Buena cuenta dieron en Ferrol meses después tras un capítulo calcado al de Leganés. El epílogo ya lo saben ustedes. El Sevilla FC ascendió a Primera con suficiencia. Con un equipo a base de retales, pero con jugadores de una extraordinaria raza como Notario, Pablo Alfaro, Prieto, David o Casquero, entre otros, quienes agarraron el escudo como si fuera suyo y lo defendieron hasta el final de sus días en Nervión. Ojalá que aquella fuerza inusitada, aquel espíritu de equipo que surgió de ese minuto 94, se reencarne de nuevo el sábado en Leganés para ganar por fin lejos de Sevilla. Ya saben, dicen que nunca se rinde...

twitter: @cmsanchezt

A continuación, les adjunto el artículo de Roberto Arrocha, publicado hoy día 10-10-16, en orgullodenervion.com, donde podrán leer interesantes testimonios y anécdotas de algunos de los jugadores que disputaron aquel partido: 
http://sevilla.abc.es/deportes/orgullodenervion/noticias/sevilla-fc/marcar-94-butarquenos-creer-se-podia-112645-1476042675.html



 

martes, 4 de octubre de 2016

Tres grandes logros hasta la fecha

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El calendario de clubes efectúa el rutinario parón de principios de octubre y llega el momento de hacer balance del primer mes y medio de competición. De antemano, la única herramienta objetiva de valoración es la clasificación. En el supuesto del Sevilla FC, los puntos obtenidos marcan la tendencia de un equipo claramente al alza, en plena fase de transformación, pero que, afortunadamente, ha arrancado ya un buen puñado de puntos tanto en la Liga (14 de 21 posibles) como en la Champions League (4 de 6). Ambos guarismos son el fiel reflejo de que el equipo, a pesar de las feroces críticas de un sector de la afición, continúa con paso firme hacia la excelencia en juego -y resultados- que busca Jorge Sampaoli. Pero, más allá de los datos objetivos, se han conseguido otros tres retos incluso más importantes a estas alturas: 

1. Simbiosis equipo-afición: Uno de los grandes logros de Unai Emery al frente del Sevilla FC -amén de los títulos que consiguió- fue atraer de nuevo a la grada. Supo tocar el corazón del sevillismo con su mensaje y consiguió repoblar de nuevo el Ramón Sánchez Pizjuán hasta convertirlo en un fortín prácticamente infranqueable gracias a la unión que se generó entre los aficionados y los jugadores. Tras su marcha, las dudas sobre la continuidad de esta idílica relación fueron lógicas, el sevillismo estaba identificado con una determinada forma de juego, pero Sampaoli dio definitivamente con la tecla en la segunda parte del partido contra el O. Lyon. Esta vez más por fútbol que por palabras; más por los acordes de una bella sinfonía que por literatura. El equipo se volvió a meter en el bolsillo a una afición que empieza a creer de verdad en el nuevo ideario que plantea el técnico argentino y su cuerpo técnico. 

2. Aceptación de variantes tácticas: Cuando se confirmó el fichaje de Sampaoli, discípulo declarado de Bielsa, todo el sevillismo pensó que el técnico argentino se mantendría fiel a un esquema concreto en cualquier situación, sin importarle la entidad del rival o las diferentes situaciones del juego. Pero ha sucedido todo lo contrario. Sampaoli ha demostrado ser flexible en la pizarra; ha utilizado ya varios sistemas y ha usado a algunos jugadores en diferentes posiciones con el fin de aumentar su rendimiento. Un claro ejemplo de ambas situaciones fue el partido de Turín, donde el Sevilla FC arañó un valioso punto que bien puede valer a la postre una clasificación para los octavos de final de la Champions League. Un encuentro que se afrontó desde la consistencia defensiva, al contrario de lo que sucedió en las segundas partes contra el Espanyol, O. Lyon o Alavés, donde el equipo fue un ciclón en ataque. 

3. Jugadores 'enchufados': Solo se lleva disputado apenas un mes y medio de competición y todos los jugadores -a excepción de los lesionados de larga duración- ya han sido protagonistas destacados en diferentes etapas. El último en apuntarse ha sido Ganso, un futbolista con una calidad sobresaliente, con un último pase al alcance solo de los mejores mediapuntas del planeta fútbol, pero con el déficit de haber llegado de una liga con un ritmo de juego menor. Su asistencia contra el Alavés habla por sí sola, y, si se adapta, será muy importante para Sampaoli. Además, el paso al frente de los cuatro nuevos capitanes (Iborra, Pareja, Carriço y Vitolo) y de jugadores como Mariano o Escudero, más a la sombra el pasado curso, invitan al optimismo. Solo resta que la adaptación de todos los fichajes se produzca más pronto que tarde. Correa, Kiyotake o Kranevitter, entre otros, darán mucho que hablar. Seguro.  

twitter: @cmsanchezt