sábado, 16 de diciembre de 2017

Desalmado

laverdad.es

Cuesta digerir el momento que vive el Sevilla FC. Quizá pueda resultar un tanto osada tal afirmación si echamos la vista atrás un par de décadas, pero la triste realidad es que el sevillismo se ha desilusionado de forma precoz. En un abrir y cerrar de ojos. Más allá de los desafortunados planteamientos de los partidos, de las pésimas lecturas durante su transcurso, de los esperpentos tácticos perpetrados y del escalofriante rendimiento individual de todos y cada uno de los futbolistas de la primera plantilla, duele, y mucho, ver a un equipo desalmado. Sin corazón. Abatido. Superado de principio a fin por su propia sombra. Irreconocible. Los tres últimos compromisos (Maribor, Real Madrid y Levante) han terminado por arrasar la maltrecha paciencia del sevillismo, hasta el punto de que ya muy pocos, ni siquiera los más optimistas como quien escribe estas líneas, ven factible una reacción si todo continúa igual: a la deriva. 

Nunca he sido partidario de despedir a un cuerpo técnico a mitad de una temporada. Me parece que, salvo contadas excepciones, es pan para hoy y hambre para mañana, pero es indudable que hay que dar un golpe en la mesa. Y un par de gritos en el vestuario. La idea de juego es inexistente. Sustentada en la inercia, carente de fundamento. Como la gestión de esta situación desde la planta noble, marcada por el silencio, solo roto en momentos puntuales para tapar las goteras con discursos prefabricados. Y en el fondo de la cuestión, en la raíz del problema, la profanación de lo innegociable. ¿Qué han hecho con el alma de este equipo? Su razón de ser. Su evangelio. ¿Quién ha desterrado la casta y el coraje? ¿Cómo es posible que nadie haya tomado medidas en este asunto? Puedes perder, pero nunca tus valores. Y la triste sensación del sevillismo, tan solo cuatro meses después de que arrancara la 'era Berizzo', es que, al menos en lo que resta de temporada, salvo que se tomen de una vez decisiones drásticas, vagará por los campos con el único deseo de mantener la dignidad. 

Y es que cuando uno sube el precio de los abonos hasta estrangular el bolsillo de muchos sevillistas, se le debe pedir, al menos, tomar decisiones directamente proporcionales a la exigencia impuesta, porque la subida injustificada del pasado verano también debería llevar implícita una cuota de responsabilidad, aún mayor si cabe, por parte del Consejo de Administración del Sevilla FC. Y más cuando se atente contra cuestiones inalienables al escudo. Ojalá solo se tratase de una carencia de patrón de juego. Que también. Pero, por desgracia, va mucho más allá. Es el estado de indolencia permanente en el que flota el equipo el que irrita al sevillismo. La cruda e indescriptible sensación de no sentirse representado por quienes defienden el escudo en el terreno de juego. El peor de los diagnósticos. Por suerte, la estructura es tan sólida que solo la fuerza de la corriente ha llevado al Sevilla FC a estar presente en todas las batallas que esperan con la llegada del nuevo año. En el horizonte se atisba fuerte oleaje, y solo la irrupción de líderes en todos los niveles del Club podría revertir esta bochornosa dinámica. Hay tiempo. Es la única esperanza. 


Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt 


domingo, 3 de diciembre de 2017

Pizarro nunca quiso ser conde

sevillafc.es

Guido Pizarro fue bautizado en Argentina como 'El Conde' cuando militaba en Lanús -actual subcampeón de la Copa Libertadores-, inmediatamente antes de emigrar a México para batallar en Tigres. Cuentan por aquellos lares que esta distinción fue otorgada con motivo de la intachable elegancia con la que domina y distribuye la pelota. Pero nada más lejos de la realidad, lo cierto es que ni siquiera la acepción sexta de la Real Academia Española de la Lengua, donde se recurre a su uso en Andalucía (hombre que manda y gobierna, después del manijero, las cuadrillas de gente rústica que trabajan a destajo), hacen honor a su posición social dentro del terreno de juego. Pizarro nunca quiso ser conde, porque en su alma habita un jornalero del fútbol. Un tipo que trabaja incansablemente por -y para- sus compañeros y que se empeña en dignificar el escudo del Sevilla FC.

Cayó de pie en Sevilla, como era de esperar. Hace poco tuve la fortuna de conocer en persona a Don Pablo Blanco, futbolista con más partidos de la historia del Sevilla FC -por poco tiempo me temo- y actual Director de la Cantera, quien me reconoció entre anhelos que el sevillismo venera a los "Krychowiaks", esa clase de futbolistas que nunca se arrugan, que siempre van al corte como si del último lance de su vida se tratara. Pizarro pertenece a ese grupo. A la vista está. Su oscuro trabajo sustenta a la aterciopelada cadena de orfebrería que aglutina el centro del campo del Sevilla FC. Inexpugnable en la parcela ancha, es el mejor regalo que podía recibir el sevillismo antes de echar a rodar el mercado invernal... y después de 'borrarse' N'Zonzi. Porque el centrocampista argentino ha demostrado una personalidad desbordante en el momento necesario. Justo cuando se temía que la baja del irreductible francés supusiera una fractura irreconducible.

Soberbio como ancla, aseado en la salida de balón y con un enorme carácter competitivo, Pizarro es hombre de campo. Brega sin descanso en la sombra, con las extremidades despellejadas del que dedica su vida a una profesión donde unos hacen el trabajo sucio para que otros se lleven la panoja. Y lejos de incomodarle en un mundo donde los egos desorientan, él se siente en calma. Sabe de su cometido y lo ejecuta de forma notable. Sin alardes. Y a mucha honra. Pizarro rehúye de títulos concedidos a dedo, es consciente de que los focos son para otros. Bendito el día en que Berizzo se encaprichó de él. Pueden estar seguros de que mientras esté en Nervión hará suya aquella máxima de Krychowiak cuando confesó que jugó lesionado la final de la Copa del Rey contra el Barcelona: "Nunca dejaría en la estacada a mis amigos". Pizarro es de esos. Respiren tranquilos... 

Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt

domingo, 12 de noviembre de 2017

Palop: "El gol de Donetsk simbolizó la casta y el coraje que caracterizan al sevillismo"

Sevilla530

15 de marzo de 2007. Donetsk. Minuto 93 de partido. El Sevilla FC, vigente campeón de la Copa de la UEFA, está a punto de caer eliminado en octavos de final a manos del Shakhtar. Entonces emerge la figura del mejor portero de la historia del Sevilla FC, reconocimiento incluso anterior a obrar un milagro solo al alcance de aquellos que reposan en el olimpo. Un gol ajeno a la casualidad, marcado con el alma de un equipo que encumbró al club al cénit del fútbol nacional y europeo. Es Andrés Palop, santo y seña del sevillismo, quien recibe a Sevilla530 en Valencia, su tierra natal, a la espera de un nuevo proyecto para continuar la carrera como entrenador que comenzó dos años atrás. Desde la distancia, reconoce que siente al Sevilla FC muy cerca, tanto que se le eriza la piel cuando recuerda que su imagen posa para la eternidad en la lona de Preferencia del Ramón Sánchez-Pizjuán, el lugar donde enseñó a tantos y tantos que la casta y el coraje son innegociables cuando te pones la camiseta del Sevilla FC. Con ustedes, el héroe de Glasgow. 


- Sevilla530: - Tu trayectoria deportiva dio un giro inesperado cuando llegaste a Sevilla con 32 años, después de jugar muy poco en el Valencia...

- Andrés Palop: - Llegó en el momento justo. Tengo que agradecerle mucho al Sevilla FC por acordarse de mí, porque, evidentemente, con 32 años, las posibilidades de desarrollar mi profesión eran cada vez más limitadas. Cuando me llamó Monchi se me abrió el mundo. Cogí las maletas sin pensarlo.

- ¿Que te llame un Director Deportivo como Monchi, que además fue portero, influyó en tu decisión? ¿Cómo fue aquella llamada? 

- Recuerdo que tuvimos un contacto previo. Una vez que fui a Sevilla a jugar con el Valencia y entrenamos en la Ciudad Deportiva del Sevilla FC, Monchi se presentó allí y me pidió los guantes para su hijo Alejandro. Aquel detalle me motivó porque me extrañó que se fijara en un portero como yo, que por aquel entonces jugaba poco. Y en 2005 me firmó. Me comentó que siempre me siguió, nos conocíamos desde su etapa como portero, y esperó a que pudiese salir del Valencia. Acerté de pleno. 

- ¿Fueron los mejores años de tu carrera deportiva?

- Valoro todo lo que me ha pasado en su justa medida. En Villarreal conseguí un ascenso a Primera. Fue como un título; después, en el Valencia, conseguimos títulos, dos finales de Champions League... Pero, evidentemente, en el Sevilla FC fue donde más disfruté. Vi al club crecer en todos los aspectos. Lo viví desde dentro y siendo capitán. Siento al Sevilla FC muy cerca. Como si fuera un canterano más. 

"En el Sevilla FC fue donde más disfruté. Vi al club crecer en todos los aspectos. Lo viví desde dentro y siendo capitán. Siento al Sevilla FC muy cerca. Como si fuera un canterano más"

- ¿Qué sientes al verte en la lona de preferencia del Sánchez-Pizjuán?

- Mucha gratitud al club por meterme en ese selecto grupo de jugadores que son historia del Sevilla FC. Estar ahí es un privilegio. Te contaré una anécdota. Yo llegué el año del Centenario, y, cada vez que enfilaba el vestuario, me fijaba en una placa que puso el club donde estaban los cien mejores jugadores del Sevilla FC hasta entonces. Siempre me quedaba mirándola y me iba directo a la letra P, pero mi nombre no estaba. Pensaba siempre '¡qué pena haber llegado un poco tarde!'. Me hubiera hecho mucha ilusión estar en ese lugar, y, entonces, desde el primer instante, lo convertí en un reto, en una motivación más. Imagínate ahora lo que siento al estar representado en la fachada del estadio. Lo conseguí. Se me pone la piel de gallina cuando pienso que mi trabajo me ha valido ese reconocimiento. 

"Se me pone la piel de gallina cuando pienso que mi trabajo me ha valido el reconocimiento de estar en la fachada del Sánchez-Pizjuán"

- ¿Te quedó alguna espinita? ¿Quizá aquella Liga de 2007...?

- Bueno, no puede considerarse una espinita. ¡Hubiéramos hecho un triplete! Éramos conscientes de la dificultad que entrañaba ganar una Liga. Cierto es que cuando ves que la pierdes de la manera que la perdimos, te derrumbas. Cuando acabó el partido de Mallorca rompí a llorar. No quise entrar al vestuario para que no me vieran mis compañeros. Habíamos tenido mucha presión durante toda la temporada. Fue de las pocas veces que lloré en el fútbol. Pero no, aquello no fue una espinita, sino un orgullo. Fue la mejor temporada del Sevilla FC. Sin embargo, sí tengo una espinita clavada con la Champions League: no habernos quitado ese peso de superar los octavos de final. Era el siguiente paso, estar entre los mejores. 

"Cuando acabó el partido de Mallorca rompí a llorar. No quise entrar al vestuario para que no me vieran mis compañeros. Habíamos tenido mucha presión. Fue de las pocas veces que lloré en el fútbol"

- Un día te escuché decir que entregarías todos los títulos que lograste con el Sevilla FC a cambio de que Antonio Puerta estuviera presente...

- Es que la vida está por encima de cualquier logro. Para nosotros Antonio era una persona llena de vitalidad. Tenía un futuro espectacular, un hijo en camino... Si pudiera volver atrás, lo cambiaría todo porque estuviera entre nosotros. A todos nos llega nuestra hora, pero no fue justo. No era su momento. Lo pasamos muy mal. Fuimos a Grecia a jugar la previa de la Champions y estuvimos dos días sin parar de llorar. Cuando pasan estas cosas, uno se da cuenta de lo que es realmente la vida... 

- ¿Os devolvió a la realidad?  

- Yo me considero un futbolista atípico. Hablo por mí. A mí la vida me dio la oportunidad de ser futbolista por tener un talento puntual, pero nunca he cambiado mis hábitos. No tuve que esperar a que pasara una desgracia de tal magnitud para valorar ciertas cosas. Mi familia ha sido muy humilde toda la vida: mis hermanos siguen trabajando en el campo, mis padres han luchado muchísimo para sacarnos adelante, y yo intenté aprovechar la oportunidad que se me dio de ser futbolista profesional, pero nunca me aislé de la realidad. El entorno es lo más importante para un jugador de fútbol. Tengo mi mujer desde los 17 años, mis hijos, y una forma de actuar que creo que ha sido la ideal para ser la misma persona una vez dejé el fútbol. Yo, personalmente, nunca he vivido en una burbuja. Me he amoldado de forma natural a la vida que puede llevar cualquier persona.  

- Fuiste capitán del Sevilla FC. ¿Qué debe saber todo futbolista que se pone esta camiseta? 

- Tuve la suerte de tener maestros como Pablo Alfaro, Javi Navarro, Martí, David... Capitanes que vivieron una época dura del Sevilla FC, en la cual tuvieron que lidiar con situaciones difíciles. Aprendí muchísimo de ellos. Cuando me tocó ser capitán fue una gran responsabilidad. Intenté transmitir a la gente nueva los valores del club: un Sevilla FC de casta y coraje. Busqué que adquirieran un sentimiento de pertenencia. Si consigues esto, todo funciona mejor. Además, al estar siempre tan cerca de los aficionados, me hacían llegar sus inquietudes e intentaba trasladarlo al vestuario. 
"Como capitán, tuve la suerte de tener maestros como Pablo Alfaro, Javi Navarro, Martí, David... Intenté transmitir a la gente nueva los valores del club: un Sevilla FC de casta y coraje"

- ¿Hasta qué punto influye el aliento del sevillismo en los éxitos del club? 

- ¡Es el motor! Para mí, personalmente, es el motor del Sevilla FC. Y creo que todos mis compañeros pensarán igual. Cuando funcionaba la grada, el equipo se sentía fuerte. También viví años en los que hubo problemas con la grada, y lo notamos muchísimo. El estadio parecía otro distinto. Los propios futbolistas nos dirigimos al club para que se arreglara la situación. Necesitábamos a nuestra gente. 
"El sevillismo es el motor del club. Cuando funcionaba la grada, el equipo se sentía fuerte. Necesitábamos a nuestra gente"

- ¿Te gustaría entrenar algún día al Sevilla FC?

- Yo creo en los procesos. En el crecimiento personal. Como jugador pasé por todas etapas, y ahora pienso exactamente igual como entrenador. Creo que hay que experimentar y pasar por todas las etapas para llegar algún día a aspirar a lo máximo. Evidentemente, claro que me gustaría entrenar al Sevilla FC, pero entiendo que tengo que estar preparado para poder desarrollar ese trabajo a ese nivel de exigencia. Todos no podemos entrenar al Sevilla FC. El club está ahora mismo en una dinámica muy importante, pero tengo esa ilusión, sí. 

"Evidentemente, claro que me gustaría entrenar al Sevilla FC, pero entiendo que tengo que estar preparado para poder desarrollar ese trabajo a ese nivel de exigencia. Todos no podemos entrenar al Sevilla FC. Creo en los procesos. En el crecimiento personal"

- Viajemos a Eindhoven. ¿Qué crees que hubiese ocurrido si no le haces esa parada a Viduka?

- Que hubiéramos ganado igualmente. Te lo digo sinceramente. Hubiese supuesto un golpe de efecto para ellos, sí... era el empate a uno, pero teníamos mucha confianza. Hubiésemos metido otros tres. Seguro. Tengo la total certeza de que hubiéramos sacado el partido adelante igualmente. 

- Eindhoven o Glasgow. ¿Cuál fue la mejor noche de tu vida deportiva?

- El título que recuerdo con más cariño es la Copa de la UEFA de Eindhoven. No hay comparación. Mi primera vez dentro del terreno de juego. Queda marcado. A nivel personal, la satisfacción por el partido que hice en Glasgow es inigualable. Tuve una actuación muy completa en todos los aspectos. Desde paradas importantes a darle una asistencia con la mano a Adriano... y, por supuesto, esos tres penaltis parados. 

- Aquella tanda de penaltis donde te vestiste de santo...

- Y eso que me falló lo más importante. Nunca había visto tirar un penalti ni a Jonatas ni a Torrejón. A Luis García, sí. Sabía que se lo iba a parar. Estaba seguro. Sabía dónde me lo iba a tirar. Cuando se acercaba a mí, pensé: 'Te lo voy a parar'. Cuando yo notaba esa sensación, no fallaba. Los otros dos fueron un compendio de intuición, momento de forma y confianza. Cuando se dirigían hacia mí, sin tener información previa, los analicé. Por ejemplo, Jonatas. Tenía mucha calidad. Entonces pensé que utilizaría el interior. Su golpeo natural, con derecha, era a mi izquierda. No había otra; con Torrejón, pensé que era defensa central, que era un momento delicado y que iba a asegurar... Esa capacidad de análisis me ayudó para acertar. 


Instante de la parada a Torrejón que dio la Copa de la UEFA al Sevilla FC

- ¿Como en Donetsk? 

- Cuando acababa los entrenamientos, me quedaba muchas veces a rematar centros de compañeros que se quedaban para practicarlos. Me gustaba experimentar la sensación de rematar en vez de parar. Por supuesto, no era una tarea de trabajo específica para mí, pero me gustaba. Quizá por eso rematé de forma tan certera. Cuando venía el balón hacia mí no me podía creer que me llegara. La pelota vino frontal y tuve que hacer el gesto para rematar a portería. Por suerte, salió perfecto. No podíamos caer de esa manera, éramos los vigentes campeones de la competición. Ese gol simbolizó, una vez más, la casta y el coraje que caracterizan al sevillismo.

"No podíamos caer de esa manera contra el Shakhtar. Éramos los vigentes campeones. Mi gol simbolizó, una vez más, la casta y el coraje que caracterizan al sevillismo"

- ¿Qué cualidades ves en Sergio Rico y David Soria? ¿Son dignos sucesores?

- Me parece que la característica más importante que reúnen ambos es su personalidad. Hay que recordar que tienen menos de veinticinco años, y no es fácil esa situación porque estamos hablando de un Sevilla FC con unas aspiraciones muy exigentes. Han sabido aguantar un ritmo de competición altísimo. Cierto es que todavía tienen mucho margen de mejora. Me consta que van a seguir creciendo por lo que hablo con Sergio Rico, al que conozco de entrenar con nosotros en mis últimos años en el club, y que, además, me ha pedido algún que otro consejo. En definitiva, les veo bastante completos en todas las facetas del juego, pero creo que con la humildad que irradian van a seguir creciendo aún más. Me siento orgulloso de ellos. La portería del Sevilla está muy bien defendida. No tengo dudas.

"Me parece que la característica más importante que reúnen Sergio Rico y David Soria es su personalidad. Me siento orgulloso de ellos"

- ¿Qué sensaciones te transmite este Sevilla FC?

- Es cierto que pensaba que el equipo iba a asimilar más pronto la idea de Berizzo, porque quizá el cambio radical de estilo se dio con Sampaoli y, al contrario de lo esperado, se asimiló rápido ese giro. En cuanto a resultados, creo que se han firmado buenos números dejando a un lado esa semana negra que vivió el equipo. Es verdad que al Sevilla FC le está costando encontrar las sensaciones, pero, sinceramente, estoy totalmente convencido de que este equipo, en el momento de que coja el punto a la idea del entrenador, va a ir a más. Seguro. Porque además me gusta mucho la idea de juego que pretende y propone Berizzo.

- Hablando de idea de juego, hay cierta parte del sevillismo que considera que el Sevilla FC debería regresar al estilo que proponía Juande Ramos...

- Mira, el año pasado pensé que esa idea de que el balón fuera para atrás tantas veces como fuera necesario no iba a encajar porque la gente se pondría nerviosa. Al sevillismo generalmente le gusta que el balón, una vez sale de la defensa, vaya para adelante sin retorno, pero me he dado cuenta de que al final el aficionado se adapta a cualquier propuesta si en ella va implícita los valores que se le presuponen al sevillismo: hambre, entrega... Si eres un equipo conformista, el sevillista se cabrea. El mejor ejemplo es la doble versión del Sevilla FC en el Camp Nou. El Sevilla FC puede caer, pero sin perder sus valores, como en la segunda parte de ese encuentro. Hay que incidir, más que en los resultados, en la actitud y en los valores, y darle continuidad a la idea de juego. A ver dónde nos lleva...

- ¿Entonces crees en Berizzo?

- A mí me gusta muchísimo porque es un entrenador que transmite humildad y trabajo. Tiene todo mi apoyo. A la larga nos daremos cuenta de que el Sevilla FC acertó al contratarle. Él sabe lo que significa este club y la exigencia que tiene este Sevilla FC. Lo sabe. Hay que apoyarle. Es un tipo con mucha experiencia en el fútbol. Ha sido internacional con Argentina. Hay que darle continuidad. Y, además, es un entrenador que sufre en la derrota, eso es importantísimo...

"Me gusta muchísimo Berizzo. Transmite humildad y trabajo. A la larga nos daremos cuenta de que el Sevilla FC acertó. Hay que darle continuidad. Sufre en la derrota, y eso es importantísimo..."

Carlos Sánchez 
twitter: @cmsanchezt


























miércoles, 18 de octubre de 2017

En las malas y en Moscú

sevillafc.es

Anoche costó conciliar el sueño. Como hacía mucho tiempo. Bien sabrán de qué hablo. De la humillación en el campo de batalla pasamos en segundos a un estado de desasosiego donde las preguntas se agolpaban, y las respuestas -como el alma del Sevilla FC- se desvanecían. Ninguna explicación colmaba ni calmaba nuestra galopante indigestión. Nos saquearon las entrañas en Moscú. Nos arrancaron el corazón en cinco bocados. Fuimos un equipo sin rostro tras la segunda puñalada, quizá porque nos dejamos nuestra identidad en Bilbao días antes. Olvídense de análisis tácticos. Cuando te tumban de forma tan hiriente, la cuestión va mucho más allá de un mero análisis futbolístico. Se trata de casta y coraje. Dos términos inherentes a nuestro escudo, que han sido profanados dos veces en una semana. 

Cerrar los ojos y mirar hacia delante como si nada hubiese pasado sería el mayor error. Quien olvida su historia está condenado a repetirla. Caer, levantarse y echar la vista atrás para aprender de los errores. Nada de pasar página, como predijo el maestro José Félix Machuca en la previa del partido de anoche. Tampoco es momento de fustigarnos. Las conclusiones, al final de temporada. Ahora es cuando realmente irrumpen los verdaderos equipos. Cuando emergen los vestuarios unidos. Resurgir de las cenizas es una obligación para un grupo que anoche pareció un armario de liquidación, sustentado por inercia y víctima de su propia cojera. Toca revisar el vídeo de anoche tantas veces como haga falta hasta entender que se puede perder, pero nunca tirando la dignidad por el camino. Ahora es cuando debemos mantenernos unidos. Equipo y afición. Cerrar filas. 

Como reza el dicho: "Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite". No todos tienen la suerte de llorar entre semana. Recuérdenlo. La de anoche ya es una de las páginas más sangrantes de la historia del Sevilla FC, pero, por todos es sabido que lo que no te mata te hace más fuerte, y, aunque desangelados y desorientados, remar en la misma dirección es la única opción. Hay margen de maniobra y materia prima como para pensar que solo se trata de una violenta marejada. Confiemos en Berizzo. Confiemos en quienes nos representan en el terreno de juego. Aunque anoche nos dejasen sin argumentos, ellos nos trajeron hasta aquí. Aprieten los dientes, Guardianes. Se avecinan olas de grandes dimensiones. Ahora más que nunca, Sevilla Fútbol Club. En las malas... y en Moscú.  Ustedes deciden. ¿Se quejan o se quedan?

Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt

miércoles, 4 de octubre de 2017

Escudé: "En los minutos previos contra el Schalke 04, teníamos una sensación de invencibilidad que jamás volví a sentir"

sevilla530.com

Echen la vista atrás por un instante. Retrocedan en el tiempo hasta rememorar al que para muchos fue el mejor Sevilla FC de la historia. Aquel equipo que nos devolvió las primaveras y saldó la deuda con nuestros abuelos. Un conjunto de futbolistas con un hambre voraz, que sació nuestros agrietados corazones a golpe de títulos e innumerables noches para el recuerdo. Allí estaba Julien Escudé, el último en subirse, en enero de 2006, al barco que nos transportó a Eindhoven cuatro meses después. Ahora, involucrado de lleno en un proyecto hostelero familiar, nos abre las puertas del primer restaurante que abrió junto a su mujer en Madrid: SQD (calle Villanueva, 2), al que recientemente se ha sumado el BB Bistrot. Un tipo elegante en las distancias cortas, como cada vez que pisaba el césped del Sánchez-Pizjuán, que nos cuenta cómo fue su etapa en el Sevilla FC y cómo se enamoró de Sevilla para siempre.  

- Pregunta: - ¿Qué es más complicado, gestionar un restaurante o defender a algunos de los mejores delanteros del mundo?

- Respuesta: - Ambas cosas son complicadas. Encontrarte con los mejores delanteros del planeta conlleva un gran esfuerzo. Ahora, he comenzado una nueva vida en el mundo de la hostelería con mi mujer. Es también difícil hacerse un hueco. Se puede decir que antes trabajaba más las piernas y ahora el cerebro. 

- ¿Tenías claro cuando estabas en activo que querías apartarte del mundo del fútbol cuando te retiraras? 

- Cuando jugaba en el Stade Rennais, conocí a un amigo que llevaba varios restaurantes y me gustó bastante ese gremio. Más tarde, en Sevilla, conocí a mi actual mujer, que se dedicaba también a la hostelería. Solo vivimos una vida: en el fútbol logré mis objetivos, y quería compartir un proyecto en común con ella. 

- ¿Volverás al mundo del fútbol en el futuro?  

- Nunca cierro las puertas. Es mi pasión. Estoy muy cerca. Me he dedicado al fútbol toda mi vida, pero ahora mismo estoy muy ocupado en sacar adelante mi empresa. 

- En Sevilla son muchas las voces que comparan a Clément Lenglet con Julien Escudé. ¿Crees que realmente guarda similitudes contigo?

- Monchi siempre tuvo ojos en el mercado francés y quizá por el buen rendimiento que pude dar, buscó en Lenglet un perfil parecido al mío, que fuera complementario a los defensas que ya había en la plantilla. Evidentemente es muy parecido, sí. Central, zurdo, francés, con buena salida de balón... Juega muy bien y seguramente tenga mucha continuidad en el Sevilla FC.

- ¿Crees que tiene margen de crecimiento para llegar a ser un central de referencia en el fútbol europeo?

- Para él, después de venir de un equipo como el Nancy, llegar al Sevilla FC ya ha supuesto un paso muy importante para ser más grande en su carrera. Y está consiguiéndolo. Es titular, se lesiona poco y tiene una gran mentalidad competitiva. Reúne todos los requisitos para poder ser un referente en el futuro. 

"Lenglet reúne los requisitos para poder ser un referente en el futuro:
es titular, se lesiona poco y tiene una gran mentalidad competitiva"

- Para muchos sevillistas y expertos, el mejor Sevilla FC de la historia fue el de la 2006-07... ¿Qué tenía de especial aquel equipo? 

- Antes de todo, tengo que decir que el Sevilla FC nos dio la gloria a los jugadores. Nos otorgó fama y prestigio internacional a cada uno de nosotros. Era un equipo que proyectaba alegría en el campo, fuerza en ataque, potencia defensiva y contaba con sobrada calidad técnica. Por todo esto, ganamos tantos títulos en tan poco tiempo.  

- ¿Hubo algún secreto para tanto éxito?

- Fue un conjunto de muchas cosas. Es difícil de explicar. Primero, la visión de Monchi para fichar a una serie de jugadores que, a priori, podían complementarse. Todos jugadores con hambre de títulos. A eso se sumó una afición que tenía la expectativa de ver a su equipo algún día entre los grandes, y un buen entrenador como Juande Ramos, que logró sacar lo mejor de nosotros. Teníamos la sensación de que en el campo cada uno sabía bien su tarea. Nos respetábamos fuera y dentro del terreno de juego. Y luego la calidad de todos terminó por confeccionar un equipo potente. 

"¿El secreto de nuestro éxito? La visión de Monchi, jugadores con hambre de títulos, una afición con expectativas y un buen entrenador"

- Mójate sobre un debate muy latente en la Sevilla blanca y roja. ¿Cuál ha sido el mejor Sevilla FC? ¿El vuestro o el de Unai Emery?

- Unai Emery hizo algo excepcional: ganar tres Europa League consecutivas. Nosotros logramos dos, pero también otros títulos muy importantes como la Copa del Rey o Supercopas de España y de Europa. Los años pasan, los futbolistas son distintos... No me gusta comparar. Lo importante es que ambas etapas han quedado grabadas en la historia del Sevilla FC. 

- Faltó la guinda de aquella Liga... ¿Estás de acuerdo con quienes piensan que se perdió el título por el arbitraje contra el Mallorca en la penúltima jornada?

- No. Los actos dictan que todo se resuelve en los dos últimos partidos del campeonato, pero la realidad es que la Liga se juega desde la primera hasta la última jornada. Si hubiéramos hecho mejor las cosas quien sabe si hubiésemos llegado campeones a Mallorca, pero al final todo se aprieta y nos quedamos con lo último. Y no es así. Evidentemente, existió frustración porque éramos el Sevilla FC y eso lo hacía más difícil. Fue doloroso. Pero echar la culpa al arbitraje es injusto. Los partidos se ganan en el campo, durante noventa minutos. Son cosas de la vida.


"Culpar al arbitraje de Mallorca es injusto. Si hubiéramos hecho las cosas mejor, quien sabe si hubiésemos llegado como campeones a Mallorca"

- ¿Qué recuerdo guardas de Antonio Puerta?

- Era un tío alegre. Siempre estaba contento. Venía por la mañana a la Ciudad Deportiva cantando. Tenía la identidad propia del andaluz, sevillano y sevillista. Fue, evidentemente, el trago más doloroso para nosotros, que lo vivimos desde dentro. Y para todo el sevillismo. Me quedo con su imagen de juventud. De alegría.

- ¿Quién fue el mejor jugador con el que jugaste en el Sevilla FC?

- El que más me impactó fue Daniel Alves por su alegría en el campo. Un tipo muy competidor, con una gran calidad técnica y una enorme fuerza física. Era incansable. A la vista está la proyección que ha tenido. Cuando le veía junto a Jesús Navas me ponía en la piel de nuestros rivales y pensaba en el sufrimiento que pasarían para pararles. ¡Imagínate! ¡Eran dos bombas! Al igual que Adriano con Puerta... 

"Cuando veía a Daniel Alves junto a Jesús Navas, me ponía en la piel de nuestros rivales y pensaba en el sufrimiento que pasarían para pararles"

- Qué pareja formaste con Javi Navarro...

- Era increíble. Apenas teníamos relación fuera de nuestra profesión, pero en el campo nos entendíamos con solo mirarnos. Teníamos mucha química. Aprendí muchísimo de él. Era espectacular cómo movía a toda la defensa. Como hacía el fuera de juego. Dominaba todos los aspectos defensivos a la perfección.


- ¿Cuál fue tu mejor momento en el Sevilla FC?

- Sin duda, la semifinal contra el Schalke 04. Jugándonos una final. El estadio lleno... ¡Cuánto sufrimiento! Recuerdo a la gente llorando. Sabíamos que era nuestro momento. Y después del partido, cuando llegamos a la Feria, me preguntaba: "¿Dónde estoy? Estoy viviendo un sueño". ¡Habían pasado solo unos meses desde que llegué a Sevilla y no podía creer lo que me estaba pasando!


- ¿Qué recuerdas de los momentos previos a aquel encuentro?

- Los momentos de mayor tensión se viven antes de los partidos. Recuerdo que había una chispa especial. Todos unidos. Como toros. Palop gritaba desgañitándose. Nos sentíamos gladiadores. Escuchábamos a todo el estadio como una bombonera desde dentro del vestuario. Pensábamos: "Hoy nos dejamos aquí hasta la piel. No podemos perder". Teníamos una sensación de invencibilidad que nunca jamás volví a sentir.  

"Antes del partido contra el Schalke 04 había una chispa especial. Teníamos una sensación de invencibilidad que jamás volví a sentir"

- Y después llegó Eindhoven...

Fíjate. Unos meses atrás estaba en el Ajax, donde no jugaba, y cuatro meses después estaba disputando una final en casa de su eterno rival. Ganar de la forma que lo hicimos... Sinceramente, en aquella época no éramos conscientes de lo que habíamos hecho. También recuerdo como anécdota el follón que había en el vestuario a media hora de comenzar la final. Era increíble. No dejaba de entrar gente que no conocíamos de nada, y los brasileños, mientras tanto, haciendo un rondo. Eso nos generó una sensación de bienestar. Experimentamos una presión distinta.

- ¿Crees que el Sevilla FC puede llegar a ganar la Liga algún día?

- Es la lucha. Cada fin de semana es la Liga. Es la competición más difícil. Da la regularidad. Trabajas todo el año por y para la Liga. Luego hay otros factores necesarios como la unión y la chispa que tuvimos nosotros, que estuvimos a punto de ganarla. Ahora es más difícil. El Atlético también está ahí. Pero nunca se sabe. Si enganchas una buena dinámica, si respetan las lesiones, si todo el grupo está animado, si existen rotaciones... A mí me gusta este Sevilla FC. Tiene criterio. 

- ¿Te gusta esta plantilla entonces? ¿Crees que está compensada?

- Sí. Son jugadores con hambre. Y luego hay individualidades como Banega, la defensa me parece que es potente, un portero internacional... Tiene un buen conjunto. Creo que pueden hacer grandes cosas. En este comienzo de temporada estoy disfrutando viendo al equipo. Me gusta también N'Zonzi; tiene cosas de Keita. 

- ¿Añoras Sevilla? 

- Echo de menos mis paseos por el Paseo de Colón. El calor. La luz. La gente. Disfrutaba mucho de la ciudad. Sevilla marcó mi vida. Allí conseguí títulos, fui internacional y conocí a mi mujer. Después de vivir en Sevilla, supe que me quedaría en España porque, aunque ahora con mi proyecto hostelero estoy en Madrid, quería estar cerca de Sevilla. Quería quedarme con el recuerdo de ir a Sevilla para disfrutar de la vida, más que con el día a día del trabajo.


Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt


 













 




 

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Ben Yedder, un delantero de otra galaxia

TelevisaDeportes

Les contaré una pequeña anécdota. Sucedió prácticamente hace un año. El 1 de octubre de 2016. Aquel sábado soleado el Sevilla FC recibió al Alavés en el Ramón Sánchez-Pizjuán (también a las 16:15 horas. La Liga es reincidente, por tercer año consecutivo, al colocar ese horario cuando en Andalucía el calor todavía aprieta sin atisbo aparente de tregua). Ese fin de semana me hallaba, como es costumbre cada primero de octubre, a más distancia si cabe de Sevilla, en los festejos patronales de Matanza de los Oteros, un pequeño pero mágico pueblito de la provincia de León donde nacieron un buen puñado de muy buenos amigos (aprovecho para recomendarles que vayan a sus fiestas. Aunque sea solo una vez en la vida. Serán bien recibidos). Llegó la hora del partido, y café y chupito de hierbas mediante, sonó por primera vez en la retransmisión el nombre de Wissam Ben Yedder.  

"¿Cómo se llama el delantero del Sevilla FC? ¿Ben Yedder? ¡Parece un personaje de La Guerra de las Galaxias!", se apresuró a decirme un amigo con evidentes problemas para pronunciar su nombre. Sí, Wissam Ben Yedder. "Madre mía, ¡qué nombre! ¿Tiene algún superpoder?". Casualidades del destino, resultó que aquella tarde todo el sevillismo descubrió atónito que, efectivamente, gozaba del mayor don que puede poseer un delantero: la omnipresencia. Marcó dos goles por estar en el lugar que la jugada requería. Como siempre. El segundo de ellos, cuando el partido agonizaba, para dar los tres puntos al Sevilla FC con un taconazo solo al alcance de los seres que proceden de alguna lejana galaxia. Fue la tarde de Wissam. O de Ben Yedder. Como prefieran. Fue la tarde en la que el recuerdo de Gameiro se difuminó como los últimos retales de un verano que se resistía a marcharse. Se esfumó. En dos zarpazos, por el poder de la fuerza.

Nervión volvió a sonreir. Respiró aliviado al sentir haber encontrado un digno heredero al endiablado francés que decidió partir un par de meses antes. Quién podía presagiar que un tipo menudo, sin aparentes hechuras de 'nueve', iba a ser el encargado de recobrar la ilusión de todo el sevillismo. Pero no se equivoquen. Ben Yedder es mucho más que tres goles al Maribor. Infinitamente más. Su hat-trick de ayer es un detalle insignificante en comparación con su mayúscula aportación al equipo. Un tipo más asentado en Sevilla que un serranito -con pimiento- en el estómago de un palangana; un futbolista de club. Entregado a la causa. Juegue o no, marque o no, siempre dignifica el escudo que porta en el pecho con la convicción del que nació en Eduardo Dato. Ben Yedder es, un año después, y desde el primer día, uno de los nuestros. Y, desde ayer, historia viva del Sevilla FC. Larga vida en Nervión, Wissam. Que la fuerza te acompañe.


Carlos Sánchez




viernes, 15 de septiembre de 2017

Anfield, nuevo punto de partida

sevillafc.es

Recordaba Roberto Arrocha (periodista de ABC de Sevilla) en su cuenta de twitter, en la previa del partido correspondiente a la primera jornada de la Fase de Grupos de la Champions League contra el Liverpool, que justamente veinte años antes, un 13 de septiembre de 1997, el Sevilla FC se batía la plata en un duelo regional contra el Real Jaén. Y añadía, y suscribo cada una de sus palabras, que "para valorar hay que recordar". Nada más lejos de la realidad. Antes de Anfield, concretamente dos décadas atrás, el Sevilla FC transitaba por el desierto de la Segunda División con el objetivo nada desdeñable de volver a asomar la cabeza. Eran otros tiempos. Tan difíciles como necesarios para entender y apreciar ahora el inconmensurable mérito de este Sevilla FC, forjado en las catacumbas en los albores del Siglo XXI.

Ahora todo es diferente. O casi todo. Hay cuestiones que son inmutables en el corazón del sevillismo. Y en el tiempo. El sentimiento es exactamente el mismo. O así debería ser. Solo han cambiado los retos. Sin embargo, nuestro credo sigue siendo ver al Sevilla FC cada domingo; nuestra sonrisa de niño verlo cada jueves y nuestro sueño acompañarle todos los miércoles de nuestras vidas. Pero, al final, día tras día, noche tras noche, nuestra única aspiración es seguir y defender a los nuestros allá donde vayan. Como hicieron las casi mil almas que dejaron sus gargantas por todos los rincones de la ciudad Los Beatles. Cuánto honor. Cuánto orgullo esos a los que nada les importa el cuándo ni el dónde, sino quién. Liverpool o Jaén, Basilea o Badajoz. ¿Qué importa? Siempre y solo, Sevilla FC. 

La cuestión es que Anfield ha marcado un nuevo punto de partida. Una nueva etapa. Solo una más. Ni mejor ni peor que las anteriores. Más atractiva, pero igual de intensa. Hace un año, el Sevilla FC empató en Turín contra la Juventus, en un partido con ciertas similitudes al de Anfield. Dominio y superioridad del rival en todos los aspectos del juego menos en el resultado. Un año después, hemos confirmado nuestro crecimiento. Competimos. Se podría decir que, oficialmente, estamos preparados para la batalla. Nunca hincamos la rodilla. Hemos aprendido a sufrir. O quizá es que nunca olvidamos de dónde venimos, quiénes fuimos y dónde habitábamos hace veinte años. Porque los buenos momentos se disfrutan más y mejor cuando antes has probado las mieles de la derrota. Tú nunca caminarás solo, Sevilla FC. Nunca lo olvides. Estés donde estés. Vayas donde vayas.

Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt




lunes, 28 de agosto de 2017

Antonio Puerta, siempre en presente

sevillafc.es

Querido, Antonio: me resisto a mencionarte en pasado. Ni siquiera te recuerdo, porque nunca te has ido. Anidas en el corazón de todos los sevillistas. Eres alma del Sevilla FC. Hoy más que nunca me apetece que me cuentes cómo sucedió. ¡Nos abriste las puertas del cielo una bendita noche de abril y, desde entonces, vivimos en un permanente estado de felicidad! Y todo gracias a ti, Antonio. Cuéntanos. Por favor. ¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo trazaste aquella parábola imposible? ¿Eres consciente de que aquel jueves de Feria cambiaste nuestro sino para siempre, verdad? Fuiste tú. Ángel en vida. Dueño de nuestros sueños. Guardián de nuestro destino. 

Dime, ¿Qué tal se ve a tu SevillaFC desde el Tercer Anillo del Sánchez-Pizjuán? Reconócelo. Volviste a hacerlo hace unos días. Ese balón de Emre iba para adentro inexorablemente. Pero era tu portería. Era Gol Norte. Y era el devenir de los tuyos el que estaba en juego. Antonio, si gritamos tu nombre en cada partido desde hace diez años es porque sabemos que estás ahí. Entre nosotros. Que nunca te fuiste porque tu memoria es nuestro legado. Cuentan las lenguas antiguas que solo muere quien cae en el olvido, y tu nombre está grabado en cada esquina de Nervión. De tu barrio. De tu templo. Antonio, nunca en pasado, siempre en presente.  

Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt

miércoles, 23 de agosto de 2017

Declarado el estado de coherencia

sevillafc.es

Más allá de cómo superamos el playoff y del porqué del importante susto que nos llevamos anoche, hoy es día de pocos reproches. Al menos de puertas hacia fuera. Es tan prematuro sacar conclusiones en agosto que ni siquiera me pararé un segundo a valorar posibles planteamientos erróneos o decisiones técnicas. A un partido oficial en pleno verano se llega como se puede, y se gana como se pueda. Con sangre, sudor y lágrimas, más por inercia o calidad individual que por el propio juego desplegado. Esto ha sido así siempre. Y el SevillaFC sacó la papeleta adelante. ¿Son conscientes del enorme mérito que supone clasificarse por tercer año consecutivo para la Fase de Grupos de la competición continental de clubes más glamurosa del planeta fútbol? Solo lo habían conseguido hasta ahora cinco equipos de nuestra Liga: Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Deportivo y Valencia.

A falta de pequeños retoques, el SevillaFC, sobre el papel, tendrá una de las plantillas más lustrosas de su historia cuando el mercado estival dicte sentencia. Y parece que después de lo visto ayer han surgido dudas rebatibles en ciertos sectores del sevillismo sobre si estos muchachos (que ayer empaparon sus camisetas y escurrieron con casta y coraje un escudo centenario) están capacitados para soportar el nivel de exigencia que depararán los próximos objetivos a la vista de la entidad. Retos al alcance de los elegidos, por cierto. Insisto: las valoraciones, en mayo. Ahora, cumplir, cumplir y cumplir. ¿Falta de exigencia? En absoluto. Se trata de declarar el estado de coherencia. ¿O es que en los primeros partidos de Liga de Sampaoli, en pleno verano, cuando el equipo sacó resultados maravillosos, el juego del equipo era brillante? Es osado pensar en ello cuando, una temporada más, ha habido cambio de entrenador y puede que hasta diez caras nuevas. Aunque más osado resulta pedirle paciencia al sevillismo, ¿verdad?

Nunca me cansaré de repetir que ante momentos de máxima tensión como el de ayer, cuando el poste derecho de la portería de Gol Norte nos salvó de una eliminación de Champions League, pensemos que antaño nos libraba de descensos, de verdaderos dramas que, a día de hoy, se avistan tan lejanos como presentes deberían residir en nuestra maltrecha memoria para recordarnos de dónde venimos. Algunos pensaréis que son momentos diametralmente diferentes, que nada tienen que ver y que son incomparables. Por supuesto. Pero nos deberían servir para ser conscientes de que en la élite nadie regala un metro. Y menos la panoja. Y ahí estamos instalados. Entre los ricos y los nuevos ricos. Paseando Sevilla por las casas más reputadas del Viejo Continente. Enseñándoles a todos que sobrevivimos igual de cómodos en el éxito que en el sufrimiento encarnizado; que cuando a nuestros jugadores les falta el aliento, nosotros aparecemos en escena; que esto es Nervión y que estamos preparados para la batalla. Que pase el siguiente. 

Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt


 

lunes, 24 de julio de 2017

¿Por qué Jesús Navas?

twitter: @JNavas


El fútbol moderno es un negocio. Sin duda. Apenas queda rastro de la esencia que nos encandiló en tiempos ya remotos. Que se lo cuenten a nuestra maltrecha memoria. En ocasiones perdemos la perspectiva con asombrosa facilidad y, lo que es peor, renunciamos a nuestra identidad sin escrúpulo ninguno. Sevillistas: Jesús Navas es uno de los nuestros. Sangre de nuestra sangre. Integrante del mejor Sevilla FC de la historia. Abanderado del sueño que consumimos una noche de primavera en Eindhoven. Componente central de la lona de Preferencia del Ramón Sánchez-Pizjuán. En condiciones normales, estos argumentos deberían ser suficientes para enaltecer su figura, para convencerles de que tan solo con esas premisas ya se antoja necesaria su vuelta. Asisto atónito a la apatía que despierta en gran parte del sevillismo su regreso. Quizá el presente pese demasiado; o el pasado posea un valor insignificante en esto del fútbol. Lamentablemente, me temo que ocurre más bien lo segundo. Y es que, más allá de razones burocráticas, porque el Sevilla FC necesita contar con futbolistas canteranos y nacionales para completar la lista de Champions League (les recomiendo seguir en twitter a @salmonpalangana, especialista en esta materia), ¿quién puede tener dudas del talento de Jesús Navas y de las virtudes que puede aportar al juego del Sevilla FC? 

Jesús Navas es mucho más que una leyenda viva del club. Le queda mucho fútbol por delante. Tanto o más del que podamos llegar a imaginar. Es alarmante que, desde que suena para retornar al Sevilla FC, apenas hayamos reparado en la riqueza táctica que puede aportar al dibujo de Berizzo. Y más aún que obviemos la experiencia internacional que atesora. Ha disputado más encuentros continentales que toda la línea de ataque junta. Constantemente se habla en los mentideros de su recomendable regreso únicamente por su condición de hombre de la casa, pero parece que nos olvidamos de que es un futbolista extraordinario, curtido en mil batallas e, indudablemente, más completo que cuando partió a Manchester. El Duende se ha convertido en maestre en Inglaterra. Ha mejorado más si cabe sus prestaciones como extremo y ha adquirido los conceptos necesarios para reconvertirse en lateral o carrilero si el equipo lo necesita en esos lares. Recuerden, además, que el Sevilla FC carece actualmente de un jugador de banda a la antigua usanza, de los que se pega a la línea de cal, de los que abren defensas. Es un extremo puro y duro. Con una punta de velocidad intacta. Una pieza capital para conformar una plantilla con diferentes registros tácticos. Mi pregunta es: ¿por qué? ¿Por qué tantas dudas?

¿Por su edad? La complexión física de Jesús Navas le permitirá competir más allá de los 35 aun ocupando una posición del terreno de juego en la que evidentemente se produce un mayor desgaste. Seguro. Tiempo al tiempo. ¿Por ser representado de Bahía? Esto es un negocio. Recuérdenlo. Los sentimientos, en la grada; en los asuntos de club debe imperar la cordura y la racionalidad siempre. O al menos así debería ser. ¿Porque se marchó del Sevilla FC sin que nadie le obligara a salir? Sí, y también perdonó dinero. Y en su discurso de despedida prometió que volvería. Porque Jesús Navas es sevillista. Hasta la muerte. Nació, creció y se hizo futbolista en la Carretera de Utrera. ¿Creen que estamos sobrados de ADN palangana? Es buen momento para impregnar al equipo de identidad propia. Nunca deberíamos plantearnos el por qué con Jesús Navas. A quien lo ha dado todo por este escudo, honor. Él mismo siempre fue coherente con el club, y jamás regresaría si se sintiera incapaz de afrontar el reto de volver a vestir la camiseta con el blanco y rojo de su corazón. Ojalá vuelva para disipar las dudas de gran parte del sevillismo. Su talento es innato e inagotable. Y se encuentra en plena madurez futbolística. Despierten, sevillistas. El Duende acecha de nuevo. 


Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt