miércoles, 12 de octubre de 2016

Tebas, por la mañana sale el sol

sevillafc.es

Por un momento llegué a pensar que otro fútbol era posible.
Que regresar a los tiempos en que los aficionados eran parte activa del deporte rey en España era viable. Por un momento llegué a pensar que otro fútbol era posible. Que imperaría la cordura y se aplicarían medidas para devolver a los espectadores el lugar y la relevancia que les corresponde. Vaya por delante que Javier Tebas, Presidente de la Liga de Fútbol Profesional, ha acometido reformas, a nivel estructural, que han beneficiado a los clubes. A los clubes, recalco, no a sus aficionados. Dijo hace unos días Pepe Castro, Presidente del Sevilla FC, que Tebas
"ha hecho cosas muy importantes para el fútbol español, como luchar contra los amaños, el control económico y conseguir el decreto de los derechos televisivos". Y es verdad. Son hechos objetivos. Al César lo que es del César. En este sentido, hay un ejemplo que afecta directamente al Sevilla FC, y que, todo hay que decirlo, le benefició en su momento. Sin el control económico que estableció el máximo mandatario de la Liga, el Sevilla FC no hubiese disputado la edición 2013-14 de la Europa League, que a la postre ganó. El equipo quedó noveno en la Liga 2012-13, y si jugó en Europa fue porque tanto Málaga como Rayo Vallecano no cumplieron con dicha regulación. 

Pero, más allá de la fachada, el corazón del fútbol se ha degradado de forma alarmante en la primera etapa de Javier Tebas al frente de la LFP. Vivimos inmersos en un turbio sueño de joyas y diamantes donde la mayoría de los clubes han caído rendidos al olor del dinero fácil, hasta convertirse en esclavos de la Liga. Ya nada puede hacer un club cuando le ponen un partido a las 16:15 horas a 35 grados o cuando le fuerzan a jugar a las 13:00 horas de un sábado para que el partido, supuestamente, sea de máxima audiencia en China, porque hay mucha plata detrás. Y, para colmo, hay que enfrentarse con los altos estamentos cuando te exigen ubicar a tus aficionados en Fondo, en un partido de Segunda División, con el sol de cara a altas temperaturas, y quedando la grada de Tribuna completamente vacía, para que las cámaras de televisión reflejen una sensación de lleno. Señor Tebas, me sonroja tener que decirle esto, pero no sé si sabrá usted que en Sevilla sale el sol por la mañana. Sí, por la mañana sale el sol. Y con mucha fuerza. A veces se torna insufrible. Más si cabe en verano, durante todo el día. ¿Es consciente, verdad?  

La LFP, con usted a la cabeza, nos ha dejado claro que el problema es nuestro. De los aficionados. De los que vamos al Ramón Sánchez Pizjuán y al resto de campos a animar a nuestro equipo. Tanto que 'formar la gozadera' en un estadio está considerado delito. Bien recordarán aquella pancarta en Gol Norte en el derbi de Copa del Rey de la temporada pasada que supuso una propuesta de sanción económica al club por parte de Antiviolencia amparada por la LFP en un primer momento. Inaceptable. Cierto es que el Sevilla FC recurrió aquella sentencia. Pero ahí se quedó todo. La pelota, en el fondo, está en nuestro tejado. La LFP empuja al aficionado con sus medidas a no acudir a los estadios, a ver los partidos desde casa, en el sofá, tranquilamente, cervecita o refresco en mano, como prefieran, para así mejorar las cuotas de audiencia y evitar cualquier conflicto, que, casualmente, siempre tiene a la hinchada sevillista como protagonista. Esta es nuestra Liga. La que hemos tenido durante tres años y la que tendremos otros cuatro más si es que Tebas no decide montar otra pantomima, dimisión mediante, para presentarse otra vez y apoltronarse como hace su archienemigo José María Villar. Algún día los que mandan se darán cuenta de que el fútbol existe por y para los aficionados. Y se lo digo al señor Tebas, pero también insto al presidente de mi club, Pepe Castro, a luchar por los suyos y solo por ellos, los guardianes de Nervión. 

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