lunes, 24 de octubre de 2016

El soplo de libertad de N'Zonzi

sevillafc.es 

En mi cabeza aún resuena el grito desesperado de un aficionado sevillista en un encuentro de la temporada pasada al que asistí en el Ramón Sánchez Pizjuán: "¡N'Zonzi!, ¿a qué juegas?". Eran otros tiempos. Por aquel entonces, el centrocampista francés se encontraba en pleno proceso de adaptación y la grada apenas le concedía margen de error. Había llegado desde Inglaterra, donde jugaba como box to box, y, nada más aterrizar en Sevilla, además de factores tan condicionantes como el idioma o el clima, se encontró con dos futbolistas que compartían zona del campo y que contaban con un gran peso específico dentro del equipo. Nada más y nada menos que Krychowiak y Éver Banega. Emery rápidamente vio en el francés algo distinto de lo que ofrecían los dos anteriores y juntos conformaron un triángulo espectacular. Cada uno cumplía su función: Krychowiak era el ancla en el que se sustentaba el equipo, Banega llevaba la batuta y N'Zonzi se dedicaba a compaginar las funciones de los dos anteriores.

Pero este verano todo cambió. Para el sevillismo fue traumática la marcha de Krychowiak y Banega; para N'Zonzi, un soplo de libertad. El galo, desde la marcha del polaco y el argentino, hizo suya toda la parcela que antes se repartían los tres. Sí, cierto es que ahora tiene por delante a Nasri y a 'Mudo Vázquez, malabaristas del balón, pero el francés se las apaña por sí solo, y con plenas garantías, para cumplir con sus labores de cierre en las acciones defensivas y con sacar la pelota con criterio en las transiciones defensa-ataque. Ayer, contra el Atlético de Madrid, probablemente el mejor equipo de Europa en cuanto a organización defensiva se refiere, dio un auténtico recital de cómo abarcar toda la zona ancha. Y, llegados a este punto, permítanme la osadía de señalar que su gol solo hizo desviar la atención hacia los focos mediáticos, porque su aportación ayer y durante transcurso de la presente temporada va mucho más allá de una zancada que recordó sobremanera al que muchos consideran como el mejor jugador de la historia del Sevilla FC, Frédéric Kanouté. 

Estamos ante un jugador gigante en todos los aspectos, al que, por cierto, urge ampliar su cláusula con celeridad -actualmente 30 millones de euros-. Porque N'Zonzi es más que el partido de ayer. Y mucho más que el gol de ayer. Un futbolista solidario, siempre al servicio de sus compañeros, tanto en defensa como en ataque. Prueba de ello es que suele acabar los partidos con más de un 90% en porcentaje de pases acertados. Quizá se le etiquete por su físico espigado y desgarbado, a priori incompatible con tener un buen trato de balón, pero N'Zonzi cumple a la perfección con esa variante del juego, al igual que con la de generar fútbol con su gran visión de juego. El nuevo Sevilla FC de Sampaoli se ha reforzado ampliamente en la zona ancha para llevar a cabo la idea del técnico argentino de presión constante y buen trato de balón. Ambas cuestiones personalizadas a la perfección en la figura de N'Zonzi, quien, probablemente, a día de hoy, sea el jugador franquicia de este nuevo Sevilla FC. Un dato: en Bilbao, en la única derrota hasta el momento en la Liga, fue reservado para darle descanso; en Madrid, en la Final de la Copa del Rey, faltó por sanción. ¿Casualidad?
 

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