viernes, 15 de septiembre de 2017

Anfield, nuevo punto de partida

sevillafc.es

Recordaba Roberto Arrocha (periodista de ABC de Sevilla) en su cuenta de twitter, en la previa del partido correspondiente a la primera jornada de la Fase de Grupos de la Champions League contra el Liverpool, que justamente veinte años antes, un 13 de septiembre de 1997, el Sevilla FC se batía la plata en un duelo regional contra el Real Jaén. Y añadía, y suscribo cada una de sus palabras, que "para valorar hay que recordar". Nada más lejos de la realidad. Antes de Anfield, concretamente dos décadas atrás, el Sevilla FC transitaba por el desierto de la Segunda División con el objetivo nada desdeñable de volver a asomar la cabeza. Eran otros tiempos. Tan difíciles como necesarios para entender y apreciar ahora el inconmensurable mérito de este Sevilla FC, forjado en las catacumbas en los albores del Siglo XXI.

Ahora todo es diferente. O casi todo. Hay cuestiones que son inmutables en el corazón del sevillismo. Y en el tiempo. El sentimiento es exactamente el mismo. O así debería ser. Solo han cambiado los retos. Sin embargo, nuestro credo sigue siendo ver al Sevilla FC cada domingo; nuestra sonrisa de niño verlo cada jueves y nuestro sueño acompañarle todos los miércoles de nuestras vidas. Pero, al final, día tras día, noche tras noche, nuestra única aspiración es seguir y defender a los nuestros allá donde vayan. Como hicieron las casi mil almas que dejaron sus gargantas por todos los rincones de la ciudad Los Beatles. Cuánto honor. Cuánto orgullo esos a los que nada les importa el cuándo ni el dónde, sino quién. Liverpool o Jaén, Basilea o Badajoz. ¿Qué importa? Siempre y solo, Sevilla FC. 

La cuestión es que Anfield ha marcado un nuevo punto de partida. Una nueva etapa. Solo una más. Ni mejor ni peor que las anteriores. Más atractiva, pero igual de intensa. Hace un año, el Sevilla FC empató en Turín contra la Juventus, en un partido con ciertas similitudes al de Anfield. Dominio y superioridad del rival en todos los aspectos del juego menos en el resultado. Un año después, hemos confirmado nuestro crecimiento. Competimos. Se podría decir que, oficialmente, estamos preparados para la batalla. Nunca hincamos la rodilla. Hemos aprendido a sufrir. O quizá es que nunca olvidamos de dónde venimos, quiénes fuimos y dónde habitábamos hace veinte años. Porque los buenos momentos se disfrutan más y mejor cuando antes has probado las mieles de la derrota. Tú nunca caminarás solo, Sevilla FC. Nunca lo olvides. Estés donde estés. Vayas donde vayas.

Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt




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