martes, 4 de julio de 2017

Un compromiso eterno con Vicente Iborra

sevillafc.es

Qué caprichoso el destino. Cuando el dolor de Leicester parecía cicatrizado por la sal que reporta el verano, aparece de nuevo en nuestro camino esa angustiosa bruma inglesa para arrebatarnos a nuestro capitán. Qué caprichoso el fútbol, capaz de ponernos en nuestro sitio cuatro meses después; de enseñarnos que nada tiene que ver la amargura efímera de una derrota con la profunda tristeza que provoca ver partir a uno de los nuestros. Nos deja Iborra. Nuestro capitán. Nuestra razón de ser. Un futbolista con mayúsculas que, desde hoy, será recordado como alguien que defendió este escudo incondicionalmente. Sin levantar revuelo ni alzar la voz más allá de las cuatro paredes de un vestuario que extrañará enormemente su partida. 

Vicente Iborra nació a cientos kilómetros de Nervión, pero desde el primer día entregó su alma por el Sevilla FC. Sin hacer ruido, sin acaparar portadas, asumió la responsabilidad de ensamblar un vestuario que cada temporada se desmantela. Acogió a los nuevos y amparó a los veteranos hasta generar un grupo humano sólido e inquebrantable, requisito indispensable para conquistar tres Europa League consecutivas. La figura de Iborra traspasó con creces la angosta línea que separa a un buen futbolista de una leyenda. Un hombre de club que se marcha con el escudo del Sevilla FC grabado en su pecho y un compromiso adquirido de por vida. Nos deja un luchador, un tipo sin dobleces que dio la cara por todos y cada uno de sus compañeros cuando fue necesario. La casta y el coraje personificados. 

El doloroso final de esta historia angustia sobremanera porque el valor intangible de Vicente Iborra era incalculable, pero hace mucho tiempo se ganó el derecho a decidir su futuro unilateralmente. Y así ha sido. El Sevilla, faltaría más, le ha dejado decidir libremente. Ahora cierra una etapa en el césped, pero abre un nuevo ciclo en la grada. Porque Iborra será sevillista hasta la muerte. Como a muerte defendió este escudo. Tengan paciencia porque pasarán años hasta que volvamos a disfrutar de la entrega y la pasión de un futbolista. Mientras tanto, prepárense para despedir con honores a quien se dejó la piel por la camiseta del Sevilla FC. Que te vaya bonito, Vicente. Aquí dejas corazones abiertos por la mitad, nada comparable con aquella mísera noche de marzo. Prometemos llevarte siempre con nosotros. Eternamente agradecidos, capitán. 


Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt

 

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