domingo, 9 de julio de 2017

La imborrable huella del sevillismo

sevillafc.es

Estimados rectores del Sevilla FC: 

Dicen que rectificar es de sabios, pero tropezar en la incomprensión una y otra vez premeditadamente es, cuanto menos, una torpeza de difícil digestión para el sevillismo. Me resisto a pensar que nadie en el Consejo de Administración alzara la voz cuando se propuso instaurar una medida tan injusta y arbitraria como el acceso biométrico al Ramón Sánchez-Pizjuán solo para un determinado sector de Gol Norte. ¿En qué pensaban cuando decidieron imponer una subida injustificada de los precios de los abonos sin tener asegurada siquiera la presencia en la próxima Fase de Grupos de la Champions League? ¿Qué datos objetivos justifican ese incremento? Miren, entendemos que para ustedes el Sevilla FC pueda ser simple y llanamente una empresa. Están en su derecho. El club es un apetitoso pastel que se reparten entre unos cuantos a regañadientes, y al que, a la vista está, apetece hincarle el diente indiscriminadamente. Pero se empeñan en tomarnos por necios vendiéndonos a diario una realidad idílica envuelta en una tensa calma que el día menos pensado saltará por los aires. Por todos es sabido. ¿A quién quieren engañar?

Dejen de sacudir al sevillismo. Para ustedes se tratará tan solo de un negocio; para el sevillista es una forma de vida. Un sentimiento inexplicable. ¿Cuándo fue la última vez que se pusieron en la piel de cualquier sevillista? ¿Han pensado por un momento que el sevillismo nunca les ha fallado? Quizá esa sea su gran coartada, en la cual se amparan para encubrir sus constantes despropósitos: saber que somos incondicionales. Pensar que aunque nos machaquen, callaremos y otorgaremos. Si es así, estimados señores, están ustedes meridianamente equivocados. ¿Son realmente conscientes? Nos debatimos constantemente contra los vientos que soplan desde Madrid, pero la cruda realidad es que a veces el verdadero enemigo parece estar de puertas para adentro. Mal camino llevarán si intentan retorcernos. Somos una afición heterogénea, pero extremadamente fiel. En las injusticias, vamos todos a una. Sin fisuras. Gol Norte somos todos. Exactamente igual que Fondo, Preferencia o Gol Sur. Y se lamentan públicamente de las desproporcionadas decisiones que se han tomado desde La Liga, pero ustedes le pusieron el cascabel al gato coartando la dignidad del pulmón de Nervión sobre el resto de Guardianes. ¿De verdad pensaron que aceptaríamos el trato?

En cualquier caso, han rectificado en parte. Les honra. Pero es insuficiente. Piensen en su gente por una vez. En el esfuerzo que le supone a una familia abonarse año tras año. Ser socio del Sevilla FC debería ser un acto inherente a un sentimiento de pertenencia, y nunca convertirse en una penitencia, más allá de la devoción incondicional que sentimos por estos colores. Escudo, bandera y afición. ¿Recuerdan? El sevillismo nunca cesa, pero se siente atacado por quien debería velar por él. Están a tiempo de enmendar un grosero error, de ponerse en la piel de quien se la deja por hacer del Ramón Sánchez-Pizjuán una caldera. Probablemente, con el incremento de los precios podrán ustedes sufragar parte del importe de las multas recibidas antes de mediar -otra vez tarde- por los suyos. Estarán satisfechos. Maniobran a sus anchas bajo el refugio de nuestra militancia, con el amor que le profesamos a un club que nos da la vida y nos la quita a partes iguales, pero al que defenderemos hasta la muerte. Porque el Sevilla FC, más allá de lo que estipulen unos fríos estatutos, ha vivido, vive y vivirá del aliento de una afición irreductible. Recapaciten. Congelen los abonos esta temporada. Quizá ha llegado el momento de que entiendan que la única huella imborrable que nos representa es la que hemos dejado en cada lugar donde hemos llevado al Sevilla FC por bandera con la ilusión de un niño.

Carlos Sánchez, un sevillista de adopción.
twitter: @cmsanchezt

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