domingo, 19 de febrero de 2017

Se avecina la primavera

sevillafc.es

Sevilla es especial. Cuenta por primaveras sus años y por pétalos de azahar sus pasos. Sevilla late más fuerte cuando el invierno se marchita. Renace en abril y despierta miles de emociones concatenadas. Pero la primavera futbolística es diferente, señores. Hay que ganársela. Nunca llega por sí sola. Nadie regala nada. Es el premio a meses de sembrado, a días y noches de esfuerzo en el campo. Y el Sevilla FC está ante su enésima semana de recogida. Superar la eliminatoria contra el Leicester y vencer al Betis regalaría otra primavera teñida de blanco y rojo. Sí, una más. A la vista hay unos cuartos de final en plena Semana Santa y la posibilidad de plantarnos con más de cincuenta puntos a las puertas de marzo. Para que tal sueño se convierta en realidad, hay que salir victoriosos en los dos duelos que viviremos en los próximos siete días. Pero, sin embargo, las miradas parecen distraídas y los egos haciendo mella en nuestro firme caminar. 

El problema somos nosotros. Todos. Quién diría que queremos el bien del Sevilla FC algunas veces. Peleados como hermanos que se aman. Parece que la sinrazón ha vencido al corazón. Y cuando más unidos deberíamos estar, cuando por fin estamos a las puertas de hacernos mayores, nos empeñamos en ponerle zancadillas a nuestro destino. Aquí todos tienen parte de razón y parte de incomprensión. Como dos hermanos peleándose por una maldita herencia. La cuestión es que el escudo del Sevilla FC es indivisible. El Sevilla FC es de todos y cada uno de los sevillistas. Entendámoslo de una vez. Quien pretenda estar por encima se equivoca de lugar. Aquí nadie es más que nadie. Ni mejor ni peor. Diferentes. Somos una afición heterogénea, pero unida por un centenario sentimiento. Regresar a casa cabizbajos después de una victoria es más frustrante que perder cualquier final. Algo así nos sucedió a la gran mayoría tras acabar el partido contra el Eibar.

Esta semana se decide gran parte de la temporada. En juego, la llave hacia otra primavera de ensueño. Existen dos opciones: seguir divididos o anteponer el Sevilla FC al interés personal de cada uno. Cedamos, por favor. ¿Tan complicado es? Arreglemos un problema de convivencia que, más pronto que tarde, afectará sobremanera a los protagonistas en el terreno de juego. Sampaoli ya ha avisado en un par de ocasiones y parece que permanecemos ajenos a la incidencia que un conflicto de este calado causa en el rendimiento de los jugadores. Ya hemos vivido situaciones similares en el pasado y la relación causa-efecto fue nefasta para el devenir del Sevilla FC. Insisto, estamos a tiempo. Ayer ya es tarde para ponerse manos a la obra y solucionar este problema que afecta al patrimonio más importante que compartimos. El miércoles nos visita el actual campeón de la Premier. En nuestras manos está llevar al equipo en volandas o, por el contrario, entregarles sin oposición nuestra ansiada primavera. Recapacitemos.  



 

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