martes, 20 de septiembre de 2016

Sevilla Fútbol Club, cuestión de piel

sevillafc.es

Las cosas realmente importantes en la vida son las que rozan el alma; las que erizan la piel; las que encogen el corazón. La caricia de una madre, el abrazo de un padre, la mirada protectora de un hermano o el beso apasionado de quien ama con locura. Todo lo que merece la pena, todo lo que nos hace vivir es simple y llanamente cuestión de piel. Y es que por los tuyos, por esos que son parte de ti, vas a la guerra desnudo y sin armas si hace falta. Con el corazón siempre mandando sobre la cabeza. Con la mirada bien alta y los pies en el suelo. Pero, sobre todo, con la sangre hirviendo. Con las emociones a flor de piel, como todos y cada uno de guardianes de Nervión cuando llega el gran derbi.

Y es que hoy es de esos días que das la vida por los tuyos sin que te lo pidan. Porque sabes de sobra que necesitan de ti; porque de nada sirve lo que ocurrió ayer ni pensar un segundo en lo que deparará el futuro. Importa el hoy. Solo hoy. Y hoy nos jugamos la vida en 90 minutos. Así de simple. Así de sencillo. Hoy es de esos días en que los nuestros necesitan de tus abrazos, de tus besos, de tu pasión. Hoy hay que ganar sea como sea. Porque en juego está nuestra familia. Nuestro hogar. Nuestra ciudad. Puede que hayamos nacido para dominar Sevilla, pero Sevilla se conquista derbi a derbi. Tan dulce y grato es el sabor de la victoria como amargo el de la derrota, pero, cierto es, efímero en ambos casos.

No nos engañemos. Nada supone más placer al sevillismo que ganar al Betis. Es un sentimiento. Así que dejémonos la garganta y abracémonos a quien tengamos a nuestro lado porque unidos, y solo unidos, se gana un derbi. La historia ha demostrado que de nada sirve en qué situación llega cada uno, sino que mandan otros factores como la fuerza y la determinación con la que se afronta cada duelo. Y en eso tenemos que mantenernos firmes. Es innegociable. Ser los guardianes de Nervión es un privilegio y teñir Sevilla de rojo y blanco, de punta a punta, una vez más, casi una obligación. Como la que tenemos con nuestras familias. Con nuestros amigos. A nosotros solo se nos pide una cosa: aliento. Que nos sientan. Que sientan nuestra respiración. Nuestros rivales y los nuestros. Un derbi escapa de lo futbolístico. Es, más bien, un acto de pasión. De piel, ya saben...


twitter: @cmsanchezt

  

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