sábado, 3 de septiembre de 2016

Carta abierta de agradecimiento a Monchi

sevillafc.es

Querido Monchi:

Gracias. Muchas gracias. Probablemente nunca leas esta carta, pero necesitaba decírtelo. Y creo que comparto el sentimiento de todo el que siente en blanco y rojo. Has vuelto a hacerlo. Has vuelto a lograrlo. Has conseguido ilusionar al sevillismo de nuevo. Sí, una vez más. No tengo el placer de conocerte, pero por tus palabras entiendo que ha sido un verano difícil. Quizá el más complicado desde que eres Director Deportivo del Sevilla FC. Personalmente, entendí desde el primer instante tus motivos para querer marcharte. ¡Cómo no entenderte! El Sevilla es una pasión irrefrenable que en ocasiones desgasta e irremediablemente agota. Y de eso solo podemos dar fe quienes entendemos de esta locura.

Pero verás, en los tiempos que corren hay pocas personas capaces de generar tanta ilusión a un colectivo. Más cuando se trata del sevillismo. Exigente como pocos. Y tú lo has hecho. Insisto, una vez más. Porque, a pesar de tu necesidad humana, a pesar de tener que coger aire, a pesar de pedir volver a respirar, tuviste el coraje y la fuerza para levantarte como siempre -como hiciste en aquella fatídica tarde de Oviedo- para regalarnos una sonrisa nueva. Y te advierto que te comprendemos. Tenlo por seguro. Pero también debes saber que para nosotros hace tiempo que dejaste de ser solo un Director Deportivo. Eres mucho más que eso. Imposible de explicar con palabras. Y sabrás también, como has podido comprobar, que nosotros somos y seremos siempre tu respiro cuando te falte el aire. Porque, sencillamente, nos has dado todo. Por eso, querido Monchi, estaremos eternamente en deuda contigo.

Déjame, si me lo permites, decirte una última cosa. Siempre me he identificado contigo cuando has confesado en alguna ocasión que el Sevilla FC te quita vida. Que te es difícil relativizar todo cuando las cosas salen mal. Yo, desde fuera, he vuelto a casa miles de veces desconsolado tras ver perder al Sevilla FC algún partido, haciéndome la maldita pregunta de por qué sufrir así por algo con lo que no nací. Soy madrileño y en Madrid resido, y me enamoré del Sevilla FC estando en Segunda División. Y creéme si te digo que la soledad que provoca una derrota un domingo desangelado de invierno es brutal. Desgarradora. Pero la respuesta nunca se hace esperar. Este sentimiento es indescriptible y, por suerte o por desgracia, te agarra con una fuerza desmesurada desde el día que lo inhalas por primera vez. Hasta la muerte. Sí, hasta la muerte. Entiendo que nada tiene que ver vivirlo desde dentro, pero hay algo intangible que nos une a todos los sevillistas, a los nacidos y a los de adopción como tú y yo: La pasión por los de 'colorao'. El amor eterno a unos colores. Y eso, querido Monchi, es lo que tú nos transmites cada día con tu trabajo y dedicación. Gracias, muchas gracias de corazón, por dejar tu vida por el Sevilla FC. Y por todos y cada uno de los guardianes de Nervión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario