miércoles, 23 de agosto de 2017

Declarado el estado de coherencia

sevillafc.es

Más allá de cómo superamos el playoff y del porqué del importante susto que nos llevamos anoche, hoy es día de pocos reproches. Al menos de puertas hacia fuera. Es tan prematuro sacar conclusiones en agosto que ni siquiera me pararé un segundo a valorar posibles planteamientos erróneos o decisiones técnicas. A un partido oficial en pleno verano se llega como se puede, y se gana como se pueda. Con sangre, sudor y lágrimas, más por inercia o calidad individual que por el propio juego desplegado. Esto ha sido así siempre. Y el SevillaFC sacó la papeleta adelante. ¿Son conscientes del enorme mérito que supone clasificarse por tercer año consecutivo para la Fase de Grupos de la competición continental de clubes más glamurosa del planeta fútbol? Solo lo habían conseguido hasta ahora cinco equipos de nuestra Liga: Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Deportivo y Valencia.

A falta de pequeños retoques, el SevillaFC, sobre el papel, tendrá una de las plantillas más lustrosas de su historia cuando el mercado estival dicte sentencia. Y parece que después de lo visto ayer han surgido dudas rebatibles en ciertos sectores del sevillismo sobre si estos muchachos (que ayer empaparon sus camisetas y escurrieron con casta y coraje un escudo centenario) están capacitados para soportar el nivel de exigencia que depararán los próximos objetivos a la vista de la entidad. Retos al alcance de los elegidos, por cierto. Insisto: las valoraciones, en mayo. Ahora, cumplir, cumplir y cumplir. ¿Falta de exigencia? En absoluto. Se trata de declarar el estado de coherencia. ¿O es que en los primeros partidos de Liga de Sampaoli, en pleno verano, cuando el equipo sacó resultados maravillosos, el juego del equipo era brillante? Es osado pensar en ello cuando, una temporada más, ha habido cambio de entrenador y puede que hasta diez caras nuevas. Aunque más osado resulta pedirle paciencia al sevillismo, ¿verdad?

Nunca me cansaré de repetir que ante momentos de máxima tensión como el de ayer, cuando el poste derecho de la portería de Gol Norte nos salvó de una eliminación de Champions League, pensemos que antaño nos libraba de descensos, de verdaderos dramas que, a día de hoy, se avistan tan lejanos como presentes deberían residir en nuestra maltrecha memoria para recordarnos de dónde venimos. Algunos pensaréis que son momentos diametralmente diferentes, que nada tienen que ver y que son incomparables. Por supuesto. Pero nos deberían servir para ser conscientes de que en la élite nadie regala un metro. Y menos la panoja. Y ahí estamos instalados. Entre los ricos y los nuevos ricos. Paseando Sevilla por las casas más reputadas del Viejo Continente. Enseñándoles a todos que sobrevivimos igual de cómodos en el éxito que en el sufrimiento encarnizado; que cuando a nuestros jugadores les falta el aliento, nosotros aparecemos en escena; que esto es Nervión y que estamos preparados para la batalla. Que pase el siguiente. 

Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt


 

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