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miércoles, 15 de marzo de 2017

Bendito dolor, Sevilla FC

sevillafc.es

Bendita la desgarradora realidad de caer eliminados en octavos de final de la Champions League. Bendita esa cruel sensación de perdernos una primavera entre cientas. Y bendito el dolor de tantos y tantos sevillistas que recordaron a sus abuelos cuando vieron tan cerca el sueño de volver a ver a su equipo donde el tiempo se detuvo hace 59 años. Duele mucho. Por supuesto. A horrores. Hoy es día de luto, de radio y televisiones apagadas. De buscar cualquier entretenimiento para olvidar de una vez el despiadado final de Leicester. ¿Pero tragedia...? Nunca. Nunca. Tenemos el cuerpo colmado de cicatrices. Más de mil veces nos hemos caído, y otras tantas nos hemos levantado. Esto es Sevilla, señores. Esto es el Sevilla FC. El dolor que podemos sentir en la actualidad son suaves caricias en comparación con aquellas puñaladas que nos asestó el fútbol décadas atrás.

Hemos visto al Sevilla FC en campos impracticables, en lugares que nunca debieron ocupar ni una sola página de nuestra historia. Y nunca nos sentimos avergonzados. Miramos con la cabeza muy alta a todos aquellos que quisieron ofendernos y que, a día de hoy, viven en penumbras. El pasado nunca justifica el presente en el fútbol, donde la memoria apenas tiene cabida, pero merece refrescarla en días como hoy. Ser del Sevilla FC es un sentimiento indescriptible. Más cuando se vive a tantos kilómetros de distancia. Uno es sevillista de corazón cuando, independientemente de cuál sea el resultado, se siente plenamente identificado con los más de 2.000 hinchas que ayer se despojaron de su tiempo y de muchísimo dinero para acompañar a los de 'colorao' a una guerra sin prebendas. Es simplemente amor a unos colores. Una forma de vida que pocos comprenden. 

Caímos derrotados, sí. Pero volveremos. Volveremos a desafiar a nuestro destino porque un día después aquí seguimos con nuestro nombre grabado para siempre en las paredes de Europa y con el escudo aún más grande si cabe brotando de nuestro pecho. Será complicado asimilar la desventura de anoche. Costará muchas preguntas sin respuestas, pero siempre nos quedará el sentimiento que compartimos. El que no entiende de rondas ni clasificaciones. Lo tuvimos ahí, en la yema de los dedos, pero a nosotros nadie nunca nos regaló nada. Por eso volveremos. Claro que volveremos. Porque este club y esta afición nunca se rinden. Miren atrás y revisen de dónde venimos. Nunca olviden aquellas noches que sí nos consumieron de verdadero dolor. Tengan Oviedo siempre presente. Porque fue en aquella ocasión cuando aprendimos a valorar nuestra realidad. Y a regresar más fuertes. 

twitter: @cmsanchezt 

  

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