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domingo, 21 de mayo de 2017

Adiós y gracias, Sampaoli

sevillafc.es

Me preocupa seriamente la forma en que Sampaoli va a salir del Sevilla FC en las próximas fechas. Más allá de las formas -soy el primero que vio fuera de lugar la reunión clandestina de su abogado en un hotel de Barcelona o la convocatoria fantasma de Argentina, entre otras torpezas evitables-, el técnico argentino se marcha para cumplir su sueño reconocido de dirigir a su país, y, ante tal tesitura, poco o nada se puede hacer más que exigirle, de forma lícita, el pago íntegro del importe de su cláusula. Es la segunda vez en un año que parte el sevillismo y de la prensa despiden de forma despechada a un entrenador que ha cumplido los objetivos del club con relativa solvencia. Ocurrió con Emery -con distintos matices- y ha vuelto a suceder. No tiene sentido. Piénsenlo. Esto es fútbol, y Sampaoli, un profesional más. Ni más ni menos. El Sevilla FC ha concluido la temporada cuarto clasificado, con 72 puntos -cifra que en año de vacas flacas pudiera servir incluso para ganar la Liga-. ¿Se dan cuenta de que estaremos un año más en la Champions League? ¿Dónde reside el drama entonces?

Podemos estar más o menos de acuerdo en cómo ha llevado a cabo su inminente salida del club, pero, al final, las personas pasan y queda, única y exclusivamente, el Sevilla FC: escudo, bandera y afición. La realidad objetiva dicta que Sampaoli se marcha con los deberes hechos. Habiendo instaurado, además, un estilo al que se le dará continuidad probablemente, y que nos hizo soñar durante un tramo importante de la temporada con cotas jamás pensadas. Al menos a mí. Quizá nos convertimos prematuramente en fieles seguidores de sus ideales, cuando es bien sabido que para ser profeta en Sevilla se necesitan años de aceptación. Que se lo digan a Coke, entre otros muchos. Tenemos dos opciones: quedarnos con las formas, o, por el contrario, con el fondo. Yo prefiero quedarme con el recuerdo de un año notable. El rencor solo serviría para convertirnos en esclavos de nuestra plata. Y quien fomentó los pitos o la animadversión hacia alguien que nos dejó en el lugar que nos corresponde, que se lo haga mirar. Quizá todos deberíamos hacer autocrítica. Adiós y gracias, míster.

Carlos Sánchez
twitter: @cmsanchezt 



 

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